
Es fundamental que cada uno tenga su propia intimidad para que la relación funcione./ Foto: Sézane.
Mente
Por qué no tienes que hablar con tu pareja de tus juguetes sexuales (pero sí debes usarlos para que tu relación funcione)
Los juguetes sexuales pueden ser un tema tabú y generar incomodidades dentro de una relación, pero debes quitarte culpas y disfrutar a tope para que funcione.
Por María Corisco
01 DE FEBRERO DE 2024 / 13:30
Hasta no hace mucho tiempo, el universo de los juguetes sexuales parecía restringido al entorno oscuro de los sex shops y su visibilidad social era prácticamente nula. Pero, en la última década, estos dispositivos han salido del secretismo de los cajones y se han convertido en estrellas mediáticas. Y, con ellos, la reivindicación del placer femenino y su desestigmatización.
Se habla abiertamente de ellos y se regalan por los cumpleaños, pero su presencia puede generar algún que otro desencuentro en las parejas, así como dudas acerca de los códigos de uso en una relación. A este respecto, Ana Lombardía, psicóloga y sexóloga experta en salud y bienestar sexual de Womanizer -la marca que revolucionó el sector con la introducción de un juguete centrado en el clítoris-, explica que “no hay ningún tipo de código o norma no escrita por la que deberíamos hablar con nuestra pareja acerca de nuestros juguetes sexuales. Es algo individual, cada persona y cada pareja debe poner sus normas al respecto”.
Porque, en esta cuestión, no hay necesidad alguna de forzar una situación si es algo que te incomoda. “A lo mejor yo tengo un juguete y es algo mío, no tengo por qué querer compartir esa parte de mi intimidad con mi pareja. Por otro lado, hay personas que sí encuentran enriquecedor para su relación el poder comentar estas cosas y les ayuda a conocerse mejor y disfrutar más”. En estos casos, si te apetece incorporarlos a las relaciones de pareja, “ahí sí que tendremos que hablar de ellos para decidir cuáles nos gustan más, cuáles no tanto, de qué manera queremos usarlos…”


Por qué es importante disfrutar de tu propia sexualidad
Meter a un tercero en la ecuación de alcoba -aunque sea un juguete- puede tener aspectos muy positivos, apunta la experta: “Comentar estos aspectos de nuestra intimidad, o incluso usar los juguetes en la relación de pareja, puede ser muy enriquecedor para disfrutar, descubrir nuevas formas de placer, aumentar la conexión entre los dos… ¡hay muchas ventajas!”.
Pero reservarte este espacio para ti también puede tener sus ventajas: “Reservar espacios para la intimidad de cada uno es algo muy saludable, mantiene nuestra individualidad y es beneficioso para la relación. Por ejemplo, puedes instalarte el cabezal de ducha Wabe para masturbarte en la ducha y tu pareja no notará la diferencia, aparentemente es exactamente igual que un cabezal de ducha normal, pero especialmente diseñado para tu placer».
Viene después el tema de la culpa, esa que tan interiorizada se tiene a veces y que lleva a pensar que no se hace bien cuando no se comparte con la pareja esa parcela sexual propia. Ahí se trata de diluir esa aparente obligación “de compartirlo todo en una relación, sobre todo algo tan íntimo. Es posible caer en la culpa por no contarle esa parte nuestra a la pareja, pero intentemos liberarnos de ella y disfrutar de nuestra privacidad. Tu masturbación y el uso de juguetes es algo de tu esfera personal e individual, y no es obligatorio compartirlo con tu pareja, ni mucho menos”.
¿Y si es el otro quien los usa?
También se da el caso contrario: descubrir que es tu pareja quien usa estos juguetes y nunca lo ha hablado contigo. ¿Tiene sentido sentir decepción, frustración o inseguridad? En estos casos, recomienda Lombardía, “debo respetar su intimidad y comprender que quizás es algo que prefiere mantener para sí misma, y que eso no tiene por qué implicar nada malo en nuestra relación: que tenga sus juguetes y los use no significa que no me quiera, que no le guste o que ya no le atraiga. Son parcelas totalmente distintas”.
Finalmente, la experta destaca cómo la aparición de la tecnología Pleasure Air de Womanizer, aplicada a los conocidos succionadores de clítoris, supuso una revolución “y consiguió popularizar y normalizar el uso de juguetes eróticos entre las mujeres. También consiguió que se hablase de la masturbación femenina sin tanto tabú, de una manera más natural. Ahora, con Next reinventa este concepto y lo mejora, creando una experiencia mucho más natural, personalizable y silenciosa”.
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