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La adicción a los comienzos amorosos implica una búsqueda constantemente de esa chispa inicial del amor. FOTO: Pexels/ © Emma Bauso.

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El fenómeno químico que se esconde detrás de las personas que no consiguen enamorarse

Uno de los motivos que se esconden tras las personas que coleccionan romances se trata de personas que tienen baja autoestima.

Por Paka Díaz

04 DE MARZO DE 2025 / 13:30

En la película Eres tú, el actor Álvaro Cervantes interpreta a un joven que tiene pánico al compromiso pero que además ve el futuro que va a tener con cada mujer a la que besa. Por eso, salta de pareja en pareja. Como buena comedia romántica, y además dirigida por Alauda Ruiz de Azúa, lo hace hasta que aparece la persona adecuada, que le abre el corazón. Sin embargo, en la vida real a veces el enamoramiento puede convertirse en una adicción. Encadenar parejas puede causar el síndrome de Tarzán incluso.

Ese enganche a los comienzos amorosos implica una búsqueda constantemente de esa chispa inicial del amor. Pero, por supuesto, sin llegar a comprometerse. O al menos no de manera profunda. Si te encuentras con una persona así, hay muchos riesgos que pueden hacerte acabar con el corazón roto. El especialista en relaciones de parejas Sebastián Girona nos muestra cómo afrontarlo y cuál es el fenómeno químico tras estas personas picaflores.

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La tendencia al amor superficial

Quizá la tendencia al amor superficial sea una de las más claras formas de amor líquido. Es decir, de la actual fragilidad de los vínculos humanos que señalaba el sociólogo polaco Zygmunt Bauman. Lo cierto es que algunas personas no pueden evitar ir del flor en flor en el amor. «Estas personas que tienen la tendencia a enamorarse constantemente, suelen tener ciertas características o necesidades emocionales que generan una cierta predisposición a experimentar estos sentimientos constantemente», aclara Sebastián Girona.

El terapeuta indica que muchas veces estas personas buscan constantemente una conexión emocional con el otro. «Hay como una fuerte necesidad de buscar ese afecto, esas cercanías, esa validación emocional que se genera cuando uno se enamora», afirma. Además, también suelen idealizar al amor. «Tienden a proyectar sus expectativas, que suelen ser bastante altas, en cada relación, en cada encuentro o en cada situación que empieza a generar ese enamoramiento», comenta. Por eso, se trata en general de personalidades más apasionadas y más impulsivas. «Son más de hacer que de pensar. Eso puede provocar que se enamoren con bastante rapidez y con bastante frecuencia», apunta.

Por qué se va de flor en flor

Uno de los motivos que se esconden tras las personas que coleccionan romances, según apunta el psicólogo es que se trata de personas que «tienen baja autoestima o una necesidad de validación«. Así, explica que ese estar enamorado constantemente «puede ser una forma de llenar un vacío emocional o de buscar aprobación externa, ya que en ese estado se sienten valorados e importantes». Además, suelen tener dificultades para estar solos y buscan relaciones románticas para evitar la soledad. Por otra parte, Girona afirma que «pueden experimentar confusión en sus sentimientos, sin diferenciar bien entre atracción, admiración o simple afecto. Lo que contribuye a este comportamiento». También pueden tener rasgos de personalidad más extrovertidos, «lo que facilita la interacción social y, con ello, el enamoramiento frecuente».

Otras razones tras este comportamiento incluyen experiencias traumáticas en la infancia, o en relaciones anteriores. También «fobia al compromiso, una sensación de que un vínculo profundo quitará más de lo que dará. Estas personas suelen ver más lo que pueden perder que lo que pueden ganar». Lo que predomina es el temor. «Quien evita comprometerse teme establecer una relación de intimidad en la que pueda ser vulnerable. Abrirse al otro implica la posibilidad de que me hagan daño y ese temor está muy marcado muchas veces», afirma Girona.

En algunos casos, esta tendencia también puede estar relacionada con la dependencia emocional. Hasta cierto punto, esta forma de relacionarse está exacerbada en la época de Tinder y tantas otras apps de citas como confirma el experto ya que «colaboran con estas personalidades». Sin embargo, también matiza que aunque no ocurre necesariamente. Ya que, señala «las personas que van de flor en flor existían mucho antes de la aparición de las apps de citas. Se podría decir que estas plataformas refuerzan una característica que ya existía».

El fenómeno químico tras las relaciones superficiales

Detrás de esa búsqueda de relaciones superficiales, un fenómeno químico explica qué ocurre en nuestra mente, y en nuestro organismo. Se trata del potente efecto que genera el enamoramiento en nuestro cerebro y que nos pone a cien en cuanto a hormonas placenteras. Tanto que por eso no ves los defectos de tu pareja. «La sensación de felicidad es tan intensa y maravillosa que algunas personas pueden volverse adictas a esa sensación tan especial y van saltando de flor en flor», apunta el experto. Pero también añade que «si te das cuenta que estás haciendo eso todo el tiempo, quizás te enamoraste de estar enamorado o enamorada».

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Sin embargo, esa adicción no está exenta de riesgos. El riesgo más marcado de ellos, subraya Girona, «es que podemos enamorarnos de personas que nos hagan daño. Algunas de esas flores pueden ser dañinas para la persona que va saltando de relación en relación». Además, destaca que la necesidad constante de enamoramiento puede llevar a asumir riesgos emocionales. «Eso es una cuestión mucho más delicada, porque esa persona que va de flor en flor va teniendo la necesidad de estar todo el tiempo buscando ese enamoramiento. Y en esa necesidad se corren bastantes riesgos».

Cómo dejar de elegir relaciones superficiales

Entre los riesgos que conlleva dedicarte solo a relaciones superficiales, el especialista destaca que «por un lado, tu miedo va a estar cubierto. Pero, por otro, impide construir relaciones de profundidad. Y eso hace que nunca puedas avanzar o nunca puedas tener una construcción que te haga sentir bien con esa relación». Es decir, tu relación, y todas las que construyas, además de ser superficial, siempre van a ser frágiles. «Y si lo que estás buscando es una relación de mayor profundidad, te vas a sentir frustrado«, comenta.

Para salir de ese círculo de las relaciones superficiales y todo lo que conllevan, el experto recomienda ver la película completa. «A veces sólo nos fijamos en lo que podemos perder en una relación profunda, pero no en lo que podemos ganar.  La película completa implica no sólo fijarme en lo que voy a perder, sino también en lo que yo puedo llegar a ganar«, explica. Para lograrlo sugiere preguntarse a uno mismo qué es lo que quiere para su vida sentimental. Además añade que sería importante en vez de idealizar la relación amorosa, remangarse para trabajar en ella. «Si quiere estar saltando todo el tiempo con esa sensación de adrenalina, o si realmente quiere un amor profundo. Si se busca eso, esa construcción inevitablemente requiere trabajo», recuerda.

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