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Sus frases pueden darte muchas pistas sobre su madurez emocional y afectiva.

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Las seis frases que delatan que estás ante un inmaduro emocional

Algunas personas usan ciertas frases como escudo para evitar responsabilidades o manipular la situación. Identificarlas te ayudará a no caer en su juego y gestionar mejor la relación... o mandarle a paseo.

Por María Corisco

12 DE MARZO DE 2025 / 13:30

Seguro que alguna vez has tenido una conversación en la que, en lugar de avanzar, te has sentido atrapado en un bucle de excusas, victimismo o evasión. Hay personas que, frente a un conflicto o una emoción incómoda, reaccionan con frases que reflejan una falta de madurez emocional, como si fueran un escudo para no asumir responsabilidades o para manipular la situación a su favor. No se trata de edad ni de inteligencia, sino de la capacidad de gestionar emociones y relaciones de manera sana.

«La madurez emocional no significa ser una especie de monje zen sin emociones, sino saber gestionarlas sin convertirlas en un huracán que arrase con todo», explica la psicóloga Esther Cantos. «No es cuestión de no tener conflictos, sino de enfrentarlos sin victimismo, sin manipulación y, sobre todo, sin esperar que el mundo gire en torno a nuestros deseos. Para la pareja o los amigos cercanos, es muy importante detectar esas señales para poder poner límites y no dejarse manipular o ceder ante un chantaje emocional».

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1. Es que yo soy como soy

En la misma línea de frases como «así me han educado, no es mi culpa», denota resistencia al crecimiento personal y una falta de responsabilidad sobre las propias acciones. Es la típica actitud de quien piensa que el mundo debe adaptarse a su forma de ser en lugar de hacer un esfuerzo por mejorar. «Esta frase refleja una actitud rígida y una falta de autoconocimiento. Implica que la persona se niega a evolucionar o mejorar aspectos de su personalidad, lo que dificulta las relaciones y el crecimiento personal. Las personas maduras saben que el cambio es parte de la vida y están dispuestas a trabajar en sí mismas».

2. Si me dejas, me muero

Aquí, como en «es que todo me pasa a mí» o «siempre soy quien más sufre», entra en juego el papel de víctima como mecanismo para evitar la responsabilidad o manipular a los demás.  Son frases que buscan generar culpa en el otro para obtener atención o conseguir lo que quieren y reflejan dependencia emocional. Quien la dice no solo expresa su dolor ante una posible ruptura, sino que carga al otro con la responsabilidad de su bienestar, como si su felicidad o incluso su vida dependieran exclusivamente de esa relación. «Desde la psicología, este tipo de expresiones suelen estar ligadas a un apego inseguro, baja autoestima y miedo a la soledad».

3. Si de verdad me quisieras, lo harías

Se trata de una forma de manipulación emocional en la que se pone a prueba el amor o compromiso de otra persona, condicionándolo al cumplimiento de deseos personales. Es una estrategia dañina porque presiona al otro a actuar en contra de su voluntad para demostrar afecto. Está en la línea de «Después de todo lo que he hecho por ti, ¿así me lo pagas?», que refleja un amor condicionado en el que los gestos de cariño no son desinteresados, sino que se espera una retribución. Esto puede generar culpa en la otra persona y afectar la relación.

4. Lo dices para llevarme la contraria

Es una frase defensiva que refleja egocentrismo y una falta de apertura al diálogo, e «implica que cualquier diferencia de opinión es vista como un ataque personal, en lugar de reconocer la diversidad de pensamientos». Además, muestra «incapacidad para ponerse en el lugar del otro y rigidez emocional, es decir, dificultad para aceptar puntos de vista diferentes o reconocer los sentimientos ajenos».

5. Tienes que adivinar lo que me pasa

Esta frase refleja una falta de comunicación emocional y «la expectativa poco realista de que los demás deben leer la mente. Puede generar frustración en las relaciones, ya que la persona espera que sus necesidades sean cubiertas sin expresarlas».

6. No es para tanto, estás exagerando

Esta frase denota inmadurez porque es una forma de invalidar los sentimientos ajenos, en lugar de mostrar empatía. Cada persona vive sus emociones de manera distinta, y descalificarlas puede generar distanciamiento y frustración. En la línea del «estás exagerando, no es para tanto», revela una tendencia a evitar las conversaciones incómodas, minimizando los sentimientos del otro o huyendo del conflicto en lugar de afrontarlo con madurez.

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Cómo lidiar con un inmaduro emocional

Si tienes a alguien en tu vida que se comporta como un niño emocionalmente, aquí van algunos consejos para lidiar con esa inmadurez sin perder la paciencia… ni la cordura:

  • No entres en su juego emocional: los inmaduros emocionales suelen exagerar, dramatizar o culpar a los demás de sus problemas. Si caes en su dinámica, acabarás agotado. Mantén la calma, no te enganches y responde con serenidad.
  • Pon límites claros: si siempre cedes a sus chantajes o caprichos, solo reforzarás ese comportamiento. Aprende a decir no sin culpa y sin necesidad de explicaciones eternas.
  • No trates de salvarlo: no es tu trabajo convertir a alguien en una persona emocionalmente madura. Puedes ayudar, pero el cambio solo llegará si esa persona lo desea. Si intentas reeducarlo, acabarás desgastado.
  • Usa la comunicación asertiva: cuando te enfrentes a sus comportamientos inmaduros, exprésate de manera clara y tranquila: «Entiendo que estés molesto, pero no voy a aceptar que me hables así». Evita gritar o caer en provocaciones.
  • No te tomes sus reacciones como algo personal: los inmaduros emocionales suelen proyectar sus frustraciones en los demás. Si reaccionan con enfado, victimismo o manipulación, recuerda que es su problema, no el tuyo. Mantén una sana distancia emocional.
  • Refuerza los comportamientos positivos: si ves que hace un esfuerzo por expresarse mejor o gestionar sus emociones de forma más madura, reconócelo y valora ese cambio. Es más efectivo premiar lo positivo que castigar lo negativo.

Si su inmadurez emocional te está afectando demasiado y no hay intención de cambio, posiblemente debes replantearte si seguir o no con la relación. No tienes por qué cargar con la falta de crecimiento emocional de los demás.

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