
Seguramente a Miranda Priestly le vendría bien algo de plasticidad neuronal. FOTO: El diablo viste de Prada.
MENTE
El mito del «yo soy así»: cómo la plasticidad neuronal demuestra que puedes cambiar
No es verdad que hayas nacido programado para ser de una manera determinada. Tu cerebro está diseñado para aprender y cambiar. Eso sí, con esfuerzo y repetición.
Por María Corisco
16 DE ABRIL DE 2025 / 07:30
¿Cuántas veces has oído a alguien decir eso de «yo soy así y no puedo cambiar»? Es probable que también tú, en algún momento, te hayas justificado ante los demás, o ante ti mismo, con ese mismo argumento del soy como soy. Pues bien, fuera excusas: la ciencia demuestra que, aunque cambiar no sea fácil, el cerebro tiene la capacidad de adaptarse y mejorar a cualquier edad, desmontando la idea de que estamos predestinados a ser de una única e inmutable manera.
La clave está en la plasticidad neuronal, que es la capacidad del cerebro para adaptarse y reorganizarse en respuesta a experiencias, aprendizajes o lesiones. «Tiene lógica: a lo largo de la historia nuestro cerebro se vio obligado a evolucionar para dar respuestas creativas, sobrevivir y exponerse a situaciones cambiantes», expone Laura Galarza, coach emocional y creadora del Método EB Emotional Business para la gestión de las emociones en el trabajo. «Esta capacidad hace que no podamos terminar de definirnos como personas de manera cerrada y estática».


Claves de la plasticidad neuronal
El cerebro no es un órgano fijo ni inmutable. Gracias a la plasticidad neuronal, puede cambiar y adaptarse a lo largo de la vida. Esto significa que las neuronas pueden formar nuevas conexiones y modificar las existentes, facilitando procesos como el aprendizaje o la memoria.
- Plasticidad sináptica (cambios en la comunicación entre neuronas). Las neuronas se comunican a través de determinadas conexiones, llamadas sinapsis. Estas conexiones pueden fortalecerse o debilitarse en función del uso que les demos:
- Potenciación a largo plazo (LTP, Long-Term Potentiation). Aumenta la eficacia de una sinapsis cuando se usa repetidamente. Es clave en la memoria y el aprendizaje.
- Depresión a largo plazo (LTD, Long-Term Depression). Disminuye la eficacia de una sinapsis cuando se usa poco, lo que ayuda a eliminar conexiones innecesarias.
Por ejemplo, si practicas un idioma nuevo, las sinapsis entre las neuronas encargadas de ese aprendizaje se fortalecen. Si dejas de usarlo, las conexiones pueden debilitarse.
- Neurogénesis (creación de nuevas neuronas). Durante mucho tiempo se pensó que nacíamos con un número fijo de neuronas, pero hoy sabemos que se pueden generar nuevas neuronas en ciertas áreas del cerebro, especialmente en el hipocampo, una región clave para la memoria y el aprendizaje. Para favorecer la neurogénesis, es importante tener hábitos de vida saludables: hacer ejercicio físico, llevar una dieta rica en antioxidantes y ácidos grasos saludables, controlar el estrés, dormir bien y tener curiosidad por aprender.
- Reorganización cortical (redistribución de funciones en el cerebro). Cuando una parte del cerebro deja de funcionar correctamente (por una lesión o enfermedad), otras áreas pueden asumir parte de sus funciones. Por ejemplo, si una persona pierde la vista, las áreas del cerebro que procesaban la información visual pueden reorganizarse y volverse más sensibles al tacto o al oído. Esto también ocurre cuando aprendemos nuevas habilidades: si empiezas a tocar un instrumento, las áreas del cerebro relacionadas con la coordinación y el procesamiento auditivo aumentan su actividad.
- Mielinización (mejora en la velocidad de transmisión de la información). La mielina es una sustancia que recubre los axones de las neuronas y mejora la velocidad de transmisión de los impulsos eléctricos. Cuanto más practicas una habilidad, más mielina se genera en las vías neuronales involucradas, haciendo que esa habilidad sea más rápida y eficiente. Por ejemplo, un pianista experimentado tiene más mielina en las conexiones neuronales que controlan el movimiento de los dedos que una persona que nunca ha tocado un piano.
No, no eres así
Todas estas posibilidades y capacidades de transformación desmontan el argumento de quienes se escudan en su forma de ser para no cambiar. «Eso sucede cuando se confunde el ser (yo soy así), creyéndolo inamovible, con una manera de responder al entorno (así hago las cosas)», señala Galarza. Pero esta manera de responder «tiene, gracias a la plasticidad neuronal, la posibilidad de ser cada vez diferente y creativa». ¿Cómo hacerlo? Aquí tienes unas pistas:
- Repetición. Cuanto más practiques un nuevo comportamiento o pensamiento, más fuerte se hará porque se refuerzan las nuevas conexiones neuronales.
- Atención y consciencia. Ser consciente de lo que quieres cambiar ayuda a reforzar nuevas conexiones.
- Emoción. Las experiencias con carga emocional generan cambios más profundos en el cerebro. Pero cuidado con el estrés: el cortisol afecta de forma negativa la plasticidad.
- Alimentación. Nutrir el cerebro favorece su capacidad de adaptación. En este sentido, te pueden ayudar nutrientes como los omega-3 y los antioxidantes.
- Descanso. Es clave dormir bien, porque durante el sueño se consolidan los cambios neuronales.
- Ejercicio. La actividad física favorece la neurogénesis y la oxigenación cerebral.
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