
¿Te notas más despistada o que te falla la memoria? No te preocupes, es bueno para tu bebé. FOTO: Pexels.
MENTE
Mommy brain: la ciencia desvela los secretos de la niebla mental que tienes al ser madre
Durante el embarazo y el posparto son comunes los pequeños despistes, fallos de memoria y dificultades para concentrarse. Ahora se sabe que tiene una base científica y que es bueno para tu bebé.
Por María Corisco
28 DE MARZO DE 2025 / 07:30
Si estás embarazada o has sido madre recientemente, es probable que hayas notado que tu memoria parece estar jugándote algunas bromas: te olvidas de dónde dejaste las llaves, tienes despistes con las palabras o pierdes la noción del tiempo y no sabes en qué día vives. Si te ocurren cosas como estas, tranquila, es perfectamente normal. Se trata del fenómeno conocido coloquialmente como mommy brain (o cerebro de mamá), es más común de lo que piensas y, aunque puede resultar frustrante, en realidad es una muestra de lo increíblemente adaptable que es tu cerebro durante esta etapa.
Porque, aunque te pueda parecer mentira, lo cierto es que, de igual manera que tu cuerpo se prepara para el embarazo, también lo hace tu cerebro: en él se producen cambios y adaptaciones que, lejos de ser un déficit, están diseñados para priorizar lo más importante: afianzar el vínculo con tu bebé.


La memoria y el mommy brain
Aunque en la cultura popular se ha interpretado como un efecto negativo de la maternidad, la ciencia sugiere que estos cambios y esa sensación de fallos de memoria pueden estar vinculados a una reorganización cerebral adaptativa que mejora el vínculo madre-bebé.
- Olvidos y distracción: dificultad para concentrarse, recordar detalles o mantener la atención en tareas específicas.
- Cambios emocionales: mayor sensibilidad emocional, fluctuaciones en el estado de ánimo y una mayor preocupación por el bienestar del bebé.
- Adaptación cognitiva: el cerebro se enfoca en priorizar las necesidades del bebé, lo que puede resultar en una aparente disminución en la capacidad para manejar otras tareas.
Así cambia tu cerebro
Las modificaciones en el cerebro de las mujeres embarazadas han comenzado a estudiarse muy recientemente. En concreto, el estudio ‘Pregnancy involves long-lasting changes in human brain structure’ (‘El embarazo implica cambios duraderos en la estructura del cerebro humano’ realizado por investigadoras españolas y publicado en 2016, disparó el interés de la neurociencia y motivó que comenzara a estudiarse desde otros hábitos, como la psicología o la endocrinología. Este estudio muestra cambios significativos en el cerebro de las mujeres gestantes, tanto a nivel estructural como funcional, y sugiere que están relacionados con la adaptación a las demandas de la crianza y la formación del vínculo madre-hijo.
Susanna Carmona, científica del Instituto de Investigación Sanitaria del Hospital Gregorio Marañón de Madrid y una de las autoras, explica en su libro Neuromaternal que, «con respecto a la existencia del mommy brain o baby brain nuestros estudios demuestran que el embarazo produce reducciones de volumen en el cerebro que persisten al menos 6 años tras el parto, pero nada de lo que hemos descubierto hasta ahora relaciona estos cambios con problemas cognitivos; más bien al contrario, los cambios parecen facilitar la conducta maternal y promover el vínculo entre la madre y el bebé».
- Reducción de la materia gris: estudios de neuroimagen han demostrado que el embarazo está asociado con una reducción en el volumen de la materia gris en ciertas áreas del cerebro, como la corteza prefrontal y las regiones temporales. Estos cambios se han relacionado con una mayor eficiencia en el procesamiento de información social y emocional, lo que facilita el cuidado del bebé.
- Mayor sensibilidad emocional: durante el embarazo y el posparto, el cerebro se vuelve más receptivo a las señales emocionales, especialmente las relacionadas con el bebé. Esto se asocia con una mayor actividad en áreas como la amígdala y la corteza cingulada anterior, que están involucradas en el procesamiento emocional y la empatía. Investigaciones realizadas por Pilyoung Kim y su equipo en el National Institute of Mental Health (NIMH) han demostrado que las madres primerizas muestran una mayor activación en estas áreas al ver imágenes de sus bebés, en comparación con mujeres sin hijos.
- Adaptación cognitiva: algunos estudios sugieren que las mujeres pueden experimentar dificultades en tareas que requieren memoria a corto plazo o atención dividida durante el embarazo y el posparto. Sin embargo, esto se considera una adaptación para priorizar las necesidades del bebé.
Por qué estos cambios son buenos
No pienses que esta niebla mental es una desventaja. Aunque la evidencia respalda la existencia de cambios cerebrales durante el embarazo, algunos investigadores advierten que el término mommy brain puede ser estigmatizante si se interpreta como una disminución general de las capacidades cognitivas. En realidad, estos cambios reflejan una adaptación especializada del cerebro para la maternidad.
«Pese a lo interiorizado que tenemos el discurso de que al convertirnos en madres perdemos para siempre habilidades mentales, no hay una evidencia científica que respalde esa idea», recuerda Susanna Carmona. «Lo que sí está claro es que, con la maternidad, los mismos recursos deben repartirse en muchas más tareas; es decir, no se trata tanto de lo grande que sea el pastel de tus recursos cognitivos sino de en cuántas porciones debes dividirlo».
En este sentido, Camila Servin-Barthet, investigadora predoctoral en la UAB y en el IMIM, y coautora del estudio ‘Pregnancy entails a U-shaped trajectory in human brain structure linked to hormones and maternal attachment’ (‘El embarazo implica una trayectoria en forma de U en la estructura del cerebro humano, vinculada a las hormonas y al apego maternal’), señala que en las investigaciones «no se han visto diferencias a nivel cognitivo, pero sí en la percepción subjetiva de la madre. Es decir, las madres tienden a reportar que tienen menos memoria que antes, pero, personalmente, creo que esas pérdidas de memoria o falta de concentración tienen mucho que ver con la carga mental añadida. Ser madre es un cambio de prioridades, y recordar dónde dejaste las llaves probablemente no sea una prioridad».
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