
El descanso es una prioridad que te aporta energía y te permite estar de mejor humor durante el día. FOTO: Pexels.
Mente
Por qué no puedes acostarte entre semana más tarde de las 10:30h de la noche y qué hacer para no alargar el momento de irte a la cama
Te pasas el día trabajando y no encuentras un momento para ti. Por lo que caída la noche te acuestas un poco más tarde para hacer lo que te gusta. Una decisión que se cobrará un peaje sobre tu salud.
Por Marcos López
16 DE ABRIL DE 2025 / 17:00
Mañana te espera un día de aúpa. Como lo ha sido hoy, razón por la que te encuentras completamente agotado. Así que nada mejor que meterse en la cama y disfrutar de ese descanso reparador que tanto necesitas. Cuanto antes mejor para no seguir sumando horas a tu deuda de sueño. Pero como cada noche, empiezas a remolonear. A procrastinar el momento de acostarte y retrasar tu encuentro con Morfeo. Lo que de seguir así tendrá un impacto (muy) negativo sobre tu salud.
La doctora Irene Rubio Bollinger, especialista en Neurofisiología Clínica y coordinadora de la Unidad del Sueño del Hospital Quirónsalud Sur, explica que «en Psicología, procrastinar hace referencia a la postergación o retraso de actividades o situaciones que deben atenderse, sustituyéndolas por otras más irrelevantes o agradables por miedo o pereza a afrontarlas».
Una demora que, ni mucho menos, se limita a las obligaciones laborales. Como continúa la experta, «el denominado bedtime procrastination o procrastinar el momento de ir a dormir consiste en el acto voluntario de postergar o retrasar la hora de acostarse sin que haya detrás una razón práctica que lo justifique. En casos extremos, incluso se retrasa el momento de ir a dormir aun estando cansados».


Por qué lo haces
Son muchos los días en los que no encuentras tiempo para hacerlo todo. Como si 24 horas no fueran suficientes. Menos aún para hacer lo que realmente te gusta. Por lo que decides alargar tu jornada un poquito más. Convirtiéndote, como tanta gente, en un procrastinador del sueño.
La doctora Rubio Bollinger apunta que «hay estudios que alertan de que cuantas menos cosas placenteras pueda hacer una persona durante el día, más probable es que intente recuperar ese tiempo por la noche. En otras palabras, las personas que más riesgo tienen de procrastinar el sueño son aquellas que no tienen mucho control sobre su actividad durante el día y rechazan acostarse pronto para ganar cierta sensación de libertad durante las horas nocturnas».
Mañana será un día (muy) largo
Hay que dormir todos los días entre siete y nueve horas. Es innegociable. Pero al quedarte despierto más allá de lo que deberías estás robando horas a tu descanso. Lo que hará que mañana te quedes dormido por los rincones y no haya quien te aguante. Como refiere la especialista en Neurofisiología Clínica, «las personas que procrastinan el momento de ir a dormir acusan, en general, mayor cansancio y somnolencia durante el día, lo que provoca menor efectividad y eficiencia, afectando también a las emociones y al humor».
Además, no se trata de un caso puntual. Llegará una nueva noche y volverás a dejar a Morfeo en espera. De hecho, existe un riesgo considerable de que este «bedtime procrastination» se convierta en un círculo vicioso. Pues como alerta la doctora Rubio Bollinger, «cuanto peor se sienta la persona durante el día y menos rinda, más ganas tendrá por la noche de compensar este tiempo mal empleado con tiempo para sí misma y dedicarlo a otras cosas».
Tienes que priorizar tu descanso
Tienes que parar. Acostarte cuando toca y no incrementar una deuda de sueño que, por cierto, no saldarás quedándote en la cama hasta las tantas cuando llegue el fin de semana. Recordar «por qué el descanso es una prioridad que aporta más energía y eficacia y permite estar de mejor humor durante el día», destaca la doctora Bollinger, que a su vez incide en que «mantener un horario regular a la hora de ir a dormir y levantarse es crucial para mantenerse bien y activo durante el día».
Cómo acabar con este procrastinar
El día da para lo que da. Pero no todo tiene que ser cumplir con tus obligaciones laborales y domésticas. También tienes que encontrar tiempo para ti. Para lo que «es importante reservar algo de tiempo para uno mismo durante el día, preferiblemente en las horas de la tarde, sin invadir el tiempo de sueño. Esto puede conseguirse eliminando actividades que realmente no aportan nada o no satisfacen y sustituyéndolas por otras que sí lo hacen».
Así que ha llegado el momento de programar el (maldito) despertador. No para levantarte, sino para irte a la cama. Pues «ponerse una alarma una hora antes de acostarse puede ayudar a recordar que debe empezarse a hacer la rutina de sueño, bajando el ritmo y dedicando el tiempo a actividades relajantes y placenteras que ayuden a preparar el organismo para dormir».
Deja el móvil en un cajón
Muy importante: nada de pantallas. Caída la noche, el móvil y la tablet no deben estar en tu mano, sino en un cajón. Y nada de televisión. Por el contrario, es más que recomendable «usar luces tenues, hacer algo relajante como darse una ducha caliente y practicar la respiración profunda, pues permite entrar en un estado de relajación física que debe acompañarse de una relajación mental, ayudando a combatir la tendencia a procrastinar», concluye la especialista.
- TEMAS
- LONGEVIDAD
- VIDA SALUDABLE
WeLife hoy
KetotarianaMito "yo soy así"Cóctel de cortisolColesterolFalta de magnesioSiguenos :)