
Al congelar el pan, trasformas el almidón en un alimento muy saludable para tu microbiota. FOTO: Pexels.
ALIMENTACIÓN
El truco de congelar el pan para que no engorde: por qué le sienta mejor a tu microbiota el almidón congelado
Congelar el pan transforma su almidón en un prebiótico que nutre tu microbiota intestinal. Descubre cómo aprovechar este beneficio para mejorar tu salud digestiva
Por Paka Díaz
17 DE MARZO DE 2025 / 07:30
Si eres de los que corta el pan en rebanadas y lo congela, en realidad –y aunque no lo sepas– lo estás haciendo súper bien. Porque, con ello, trasformas el almidón en un alimento muy saludable para tu microbiota.
La nutricionista Beatriz González Fernández lo explica en un TikTok que se ha hecho viral. En el cuenta que, además de la obvia ventaja de no desperdiciarlo, que el pan pase por el congelador antes de ser consumido proporciona muchos beneficios. Entre ellos, mejorar la digestión. Pero no sólo eso. Como ratifica Silene da Rocha, panadera y repostera que concursó en MasterChef, «el consumo de pan previamente congelado es muy sano». Además, la experta señala que «no todos los panes tienen el mismo impacto en la salud intestinal». «Los de masa madre, integrales o de grano entero y los trigos ancestrales son los que presentan mayores beneficios» precisa, y anima a evitar los panes altamente procesados ya que tienen pocos nutrientes esenciales y pueden provocar un efecto negativo en la microbiota.
Beneficios para la microbiota del pan congelado
Hay varios beneficios que proporciona el pan al estar previamente congelado:
- Por un lado presenta más almidón resistente. Se trata de una fibra que el intestino delgado no digiere, por lo que llega intacta al colón. Algo muy interesante ya que se trata de un alimento que refuerza las bacterias intestinales beneficiosas como Bifidobacterium y Lactobacillus, esenciales para la salud intestinal.
- Protege la salud digestiva. Ese almidón resistente mejora la digestión y ayuda a regular de forma correcta el transito intestinal. Por ello, se reducen la inflamación intestinal y el estreñimiento.
- Controla la glucosa en sangre. Al tener un bajo índice glucémico, el almidón resistente ayuda además a mantener los niveles de azúcar más estables. Algo sumamente beneficioso, también, para quienes sufran diabetes tipo 2.
- Reduce la inflamación. Como promueve un equilibrio saludable en la microbiota, de paso el pan congelado contribuye a reducir la inflamación intestinal. Algo sumamente beneficioso para prevenir enfermedades crónicas.
Pan fermentado, menos azúcar
La experta en pan cuenta que en realidad son muchos los beneficios del pan fermentado lentamente. «La lentitud de fermentación hace que se consuman los azúcares naturales de la propia harina», explica. Por eso, señala «todas esas horas de fermentación natural hacen con que sea pan más bajo en azúcar, más digestivo«. Además, «pesa más y es un pan con más sabor, más potente». Se permite que las levaduras naturales de la propia harina hagan su trabajo. «Es como si yo hago un guiso y lo hago lentamente, al chup chup, los sabores. Ese es un poco el concepto», apunta da Rocha.
Por eso, Silene da Rocha señala que el pan con una fermentación larga y lenta al final es mucho más sano que un pan normal porque pasa todo ese proceso antes de entrar en el horno. Mientras subraya que «cuando compras una barra precocinada, con levadura química, procesada, el proceso es muy rápido y pierde las cualidades que tienen los panes de fermentación larga».
Cómo descongelar el pan
La panadera señala que para descongelar correctamente el pan hay una serie de pasos que ayudan a comerlo como si estuviera recién hecho. Pero, además, para lograr todos sus efectos benéficos en la microbiota para mantenerla lo mejor posible e incluso mejorar el sistema inmune.
- Cortarlo en rebanadas. Si tienes poco tiempo, la dueña de Amasa sugiere cortarlo en rebanadas para meterlas en la tostadora. «Si tú tienes mucha prisa, directo al tostador, lo tuestas a tu gusto. De ese modo, ahorras minutos y el pan estará crujiente y rico, con muy buena textura», cuenta. Sin embargo, si no se tiene prisa, anima a descongelarlo lentamente a temperatura ambiente. «Si no quieres tostarlo, lo envuelves en una tela y lo dejas descongelar. Y ya está, estará perfecto, como si hubiera sido hecho en el mediodía», asegura.
- Congelar lo antes posible. Se recomienda congelar el pan pronto una vez hecho o comprado, cuando deje de estar caliente, para que mantenga todas sus propiedades nutricionales.
- Envolverlo en un trapo. Esta forma tradicional de conservar el pan permite mantener su humedad. Por eso, lo ideal es envolverlo en un trapo y luego ponerlo en un recipiente hermético a la hora de congelarlo. «Nuestros panes, si los dejas envueltos en una tela, pueden aguantar perfectos hasta cinco días«, indica.
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