NO TE PIERDAS La paradoja francesa: esta es la explicación de por qué tienes que comer grasas

Los lácteos pueden ser un alimento antiinflamatorio si los eliges bien. FOTO: Pexels.

Alimentación

Esta es la leche antiinflamatoria que puede ayudarte a mejorar tu microbiota

La leche se ha demonizada debido a la lactosa, pero lo cierto es que en términos inflamatorios, todo depende de la persona que la consume, el tipo de lácteo consumido y la calidad del mismo.

Por Sara Flamenco

04 DE MARZO DE 2025 / 14:00

La inflamación ha pasado a considerarse una cuestión de primer orden en la problemática digestiva. Y no se habla sólo de la hinchazón abdominal, sino de otro tipo de sintomatología asociada a la inflamación crónica, como puede ser el envejecimiento prematuro de células, tejidos y órganos. En realidad, la inflamación es un proceso natural, una respuesta del organismo frente a un ataque. Como primera barrera de defensa, el sistena inmune envía miles de células al lugar donde se está ocasionando el daño y la inflamación es el resultado de esta acumulación de células. El problema surge cuando el cuerpo se encuentra constantemente en alerta y este proceso inflamatorio se alarga en el tiempo.

Para evitarlo, uno de los hábitos a modificar es la alimentación, puesto que existen alimentos y formas de cocinarlos que lo fomentan. Uno de los alimentos que pueden ayudarte a reducir esa inflamación son los lácteos, aunque no lo creas. En los últimos años, la leche ha estado muy demonizada debido a la lactosa, pero lo cierto es que en términos inflamatorios, todo depende de la persona que la consume, el tipo de lácteo consumido y la calidad del mismo. «La leche es uno de los alimentos nutricionalmente más completos«, defiende la experta en alimentación antiinflamatoria Sandra Moñino, autora del libro Adiós a la inflamación. Pero no todas las leches son iguales.

TE PUEDE INTERESAR

Sí, es cierto que el ser humano es la única especie animal que consume leche una vez terminada la lactancia materna, lo que no sirve como argumento para dejar de hacerlo. Aunque la leche más consumida sea la de vaca, no se trata de la mejor en términos digestivos «debido a la beta-caseína que contiene», según informa Moñino. La beta-caseína es un tipo de proteína y existen dos subtipos: la A1 y la A2. «La leche humana contiene la segunda, al igual que la leche de cabra, búfala y oveja, pero la de vaca suele contener beta-caseína A1 debido a una mutación que han ido sufriendo por el estilo de vida que llevan hoy en día y lo alterado que tienen su crecimiento», advierte la experta.

Es decir, el ser humano digiere mejor la leche más parecida a la que consumía durante su etapa de lactante y esa no es otra que la de cabra, búfala y oveja. Esta es la razón por la que la leche de vaca puede sentarte mal, haciendo más difícil su digestión. «Si un alimento es de difícil digestión, nos estará provocando inflamación. Así que mi consejo es que siempre se prioricen lácteos de cabra, búfala y oveja», recomienda Sandra Moñino. Y esta no es la única razón para elegir estos lácteos por delante de los demás. Según explica la experta, sus grasas son de mejor calidad y proporcionan hasta el doble de nutrientes que la leche de vaca porque son más densas y la cantidad de agua es inferior. Aunque para ello «también es importante tomarlos enteros y no desnatados«, concluye.

OTROS TEMAS WELIFE

Si la leche de cabra, búfala y oveja es la mejor para acabar con la inflamación, los productos elaborados a base de este tipo de leche pero fermentada son incluso mejores para la microbiota. Eso sí, al igual que ocurre con la leche, tienes que elegirlo bien. «El yogur en sus ingredientes debe tener leche y fermentos lácticos, y nada de azúcar ni edulcorantes. Por otro lado, para que un queso nos aporte beneficios, debe componerse de leche, cuajo y sal«, advierte Moñino. Nada de productos light, zero, edulcorantes o saborizantes que sólo añaden componentes inflamatorios a la dieta. Y si son elaborados a partir de leche cruda, mejor.

Y si quieres añadir un extra a tu dieta antiinflamatoria, puedes probar con el kéfir que, al igual que con el resto de productos lácteos, lo ideal sería consumirlo de cabra u oveja. «Es parecido al yogur, lo único que este tiene una fermentación distinta. Contiene más cepas, su sabor es más intenso y suele digerirse mejor», cuenta la experta. «Con este probiótico ocurre como con el yogur, en sus ingredientes solo debe aparecer leche y fermentos lácticos«, recomienda. Aunque en este caso también puedes consumirlo de agua o de coco, pero eso sí, nada de azúcar ni edulcorantes artificiales.