La actriz Jenifer Aniston comenzó a practicar el método Pvolve, basado en ejercicios de resistencia y bajo impacto, cuando cumplió los 50. Foto: @pvolve
CUERPO
Todo lo que te pueden aportar los ejercicios de resistencia a partir de los 45 años
Este tipo de entrenamiento, que prioriza la duración de un esfuerzo de bajo impacto, puede convertirse, de car a la menopausia, una gran alternativa (o complemento) al trabajo de fuerza.
14 DE ABRIL DE 2025 / 17:00
Cuando Jennifer Aniston cumplió los 50 tomó, según sus propias palabras, una de las mejores decisiones de su vida. Empezar a entrenar con el método Pvolve. Creado en 2017 por Rachel Katzman, este método de fitness combina ejercicios de resistencia con movimientos funcionales de bajo impacto. La actriz, embajadora de la marca desde 2023, se animó a probarlo -consejo de amiga mediante- tras sufrir una lesión de espalda. «Me enamoré del programa porque te hace trabajar duro, con respeto al cuerpo, y con resultados reales», contaba.
Además de que existen diversos estudios clínicos que demuestran los beneficios de este entrenamiento, especialmente para mujeres a partir de los 40 años, lo cierto es que los ejercicios de resistencia son muy interesantes en etapas como la menopausia. «Porque logra estimular fuerza, resistencia y movilidad. No castiga las articulaciones y se centra también en controlar mejor tu propio cuerpo y la postura», destaca Adolfo Pérez Mederos, del equipo de fisioterapia de HLA Clínica Vistahermosa (Alicante), del grupo ASISA.
Beneficios extra en menopausia
Como sucede con muchas otras actividades físicas, los programas funcionales y de resistencia pueden ser de gran ayuda para reducir los síntomas de los cambios hormonales. También «mejoran la salud ósea y cardiovascular, trabajan la postura, reducen la grasa abdominal e influyen positivamente en el bienestar emocional», enumera Adolfo. Sin embargo hay un aspecto bastante característico de estos entrenamientos: el aumento de la flexibilidad y la movilidad.
Estos dos factores, junto con el equilibrio, otro de los ejes de este tipo de ejercicios, son clave según cumplimos años. «Juegan un papel crucial en nuestra salud física, bienestar y calidad de vida. Son esenciales para mantener la independencia, reducir el riesgo de lesiones y mejorar la funcionalidad diaria», confirma el experto de ASISA.
Bandas elásticas, otra gran opción
Uno de los elementos más comunes en los programas de resistencia son las bandas elásticas. De hecho, Pvolve, que cuenta con sus propios materiales (se incluyen con la suscripción a las clases online), incluye varias de estas herramientas. «Las bandas son una excelente opción para quienes desean hacer ejercicio desde casa de manera efectiva, económica y sin necesidad de grandes materiales», afirma Pérez Mederos. Eso sí, advierte, para maximizar sus beneficios es esencial elegir el tipo adecuado y practicar una técnica correcta.
Para elegir la banda elástica hay que tener en cuenta su nivel de resistencia (se suele diferenciar en colores), la longitud y el material. En cuanto a todo lo que se puede hacer, el experto menciona algunos ejemplos: press de pecho y de hombros; remo; sentadillas con resistencia colocando la banda alrededor de los muslos; puente de glúteos con el elástico en esa misma zona; patada de glúteos… En cualquier caso, insiste, es importante variar de tipo de ejercicios y progresar gradualmente en las series. Otro sistema de resistencia interesante es el TRX, donde se juega con el peso del cuerpo.
¿Fuerza o ejercicios de resistencia?
Pese a todos los beneficios demostrados de los ejercicios de resistencia -entre ellos, su aporte para ganar fuerza y masa muscular-, considera que «el entrenamiento de fuerza sigue siendo la mejor opción para la mujer en menopausia». Eso no quita que el de resistencia sea una excelente alternativa a éste. O, por qué no, un buen complemento. «El ejercicio de resistencia busca mejorar la capacidad del cuerpo para sostener una actividad durante un periodo prolongado sin fatigarse. Su objetivo principal es mejorar la eficiencia cardiovascular, respiratoria y metabólica. A diferencia del entrenamiento de fuerza, que se centra en generar tensión muscular para mover o soportar cargas, el de resistencia prioriza la duración del esfuerzo», aclara el preparador físico.
Lo cierto es que ambos comparten ambos comparten beneficios como la mejora de la salud general, la composición corporal y la función muscular, y pueden complementarse perfectamente. Como concluye Adolfo Pérez Mederos, «en realidad lo más efectivo es ponerse en manos de un profesional que pueda evaluar y adaptar toda la planificación. Cada persona es única, y lo ideal es un programa personalizado que combine fuerza, resistencia y movilidad de manera equilibrada».