La práctica habitual de yoga puede fortalecer la zona del core, entre otros beneficios. FOTO: Pexels.
Ejercicio
Cuatro posturas de yoga para combatir la inflamación y tener un vientre plano
Con estas cuatro asanas podrás fortalecer toda la musculatura del core, a la vez que desinflamas el organismo y conectas contigo mismo.
Por Sara Flamenco
20 DE ABRIL DE 2025 / 08:30
Si estás en busca de un deporte que te ayude a fortalecer la musculatura, puede que el yoga no sea el primero que te venga a la mente. Pero lo cierto es que los beneficios del yoga van más allá de relajar la mente y estirar las articulaciones. Dependiendo del estilo de yoga que elijas, como el Power Yoga, el Vinyasa Flow o el Ashtanga Yoga, su intensidad es mayor, logrando desafiarte más profundamente a nivel físico.
«Estas prácticas combinan secuencias dinámicas con fuerza, equilibrio y control de la respiración, lo que no sólo mejora la resistencia cardiovascular sino que trabaja todos los grupos musculares de forma profunda», explica la profesora de yoga y escritora Patricia Galatas.
Y a estos innovadores beneficios físicos, se le une la capacidad del yoga para ayudarte a conectar contigo misma. «El yoga te enseña a parar, a escucharte y a vivir desde un lugar más auténtico. Poco a poco empiezas a soltar capas de estrés, miedo y exigencia, y encuentras claridad, fuerza interior y presencia», explica Galatas. Esto, en los tiempos que corren, es algo esencial, y no sólo dentro de la clase de yoga, sino trasladando su filosofía a tu vida diaria «en cómo respiras, cómo te tratas, cómo enfrentas los desafíos y cómo te relacionas contigo y con los demás», como dice la experta.
Beneficios del yoga para desinflamar el cuerpo
Un ritmo de vida estresante, las exigencias del día a día, una alimentación deficiente… todo confabula entre sí generando como consecuencia una inflamación crónica que tiene serias consecuencias para la salud. La inflamación, en realidad, es la respuesta del organismo ante un ataque. Cuando te das un golpe, el sistema inmune envía células a ese lugar para luchar contra el problema, generando una inflamación temporal o aguda. Esto es el funcionamiento normal del organismo pero, cuando esta inflamación se prolonga en el tiempo porque es tu propio estilo de vida el que supone un ataque para el organismo, los problemas comienzan a acumularse.
La inflamación crónica puede ser la causante de daños mayores como una sensación de fatiga constante, insomnio, depresión, ansiedad y otros trastornos del estado de ánimo, problemas gastrointestinales, aumento de peso… y para acabar con ella, no sólo cuenta la alimentación, sino también introducir en tu día a día ciertos hábitos antiinflamatorios. «El yoga puede ser una herramienta muy poderosa para reducir la inflamación del cuerpo. A través de la respiración consciente, el movimiento fluido y la activación del sistema parasimpático, el cuerpo entra en un estado de relajación profunda que disminuye los niveles de cortisol y otras hormonas relacionadas con el estrés«, aclara Galatas.
Asanas para fortalecer el core
Dependiendo de las posturas que realices, puedes obtener unos beneficios u otros. Algunas tienen la capacidad de estimular el sistema linfático y mejorar la circulación, lo que ayuda a eliminar toxinas y a calmar la inflamación. Y otras son tan desafiantes para la musculatura del core que logran fortalecer toda la zona, ayudándote a conseguir un vientre plano. Patricia Galatas ha hecho una selección de las cuatro mejores posturas para trabajar más profundamente el núcleo del cuerpo:
1. Navasana (postura del barco): siéntate en el suelo, con las rodillas flexionadas, los pies apoyados y las piernas juntas. Apoya las palmas de las manos en el suelo a la altura de las caderas e inclina la espalda ligeramente hacia atrás. A continuación, levanta los pies del suelo un palmo con cuidado de no redondear la espalda. Inspira, junta los omóplatos y empieza a estirar las piernas en la exhalación formando un ángulo de 45 grados con el suelo. Estira también los brazos, que deben quedar a la altura de las rodillas y paralelos entre sí. Realiza unas inspiraciones profundas mientras mantienes la postura.
2. Plank (plancha): túmbate en el suelo boca abajo y, a continuación, eleva el cuerpo sujetando todo el peso con las palmas de las manos y las puntas de los pies. Las manos deben estar completamente apoyadas en el suelo, con los dedos separados y justo debajo de los hombros y los pies ligeramente separados. El cuerpo tiene que formar una línea recta desde los talones hasta la cabeza, con el abdomen recogido hacia dentro y arriba. Mantén la postura durante varias respiraciones profundas.
3. Ardha Navasana (medio barco): túmbate boca arriba sobre la esterilla y, tras inhalar, levanta la parte superior e inferior al exhalar hasta que el cuerpo esté apoyado sobre los isquiones. A continuación, mientras inhalas, lleva lentamente ambas manos hacia la parte posterior de la cabeza, entrelaza los dedos y colócalos detrás del cuello. Se trata de una postura intermedia para principiantes que todavía no tienen la fuerza necesaria como para formar la postura del barco.
4. Paripurna Navasana con torsión: se trata de una variación de la postura del barco que multiplica la intensidad y trabaja otros grupos musculares como los oblicuos. Primero debes llegar a la postura del barco y estar lo suficientemente segura como para continuar el ejercicio, para lo cual debes girar el torso hacia un lado y luego hacia el otro, manteniendo el core activo y el equilibrio.
Pero lo bueno del yoga es que el yoga es beneficioso para todas las personas, sea cual sea tu edad, cuerpo u objetivo. «Lo importante es encontrar una práctica adaptada a tu momento vital y físico», confirma Galatas. «Lo bonito del yoga es que evoluciona contigo: puedes empezar a cualquier edad y seguir practicando toda la vida», concluye.