Entrenar descalzo puede mejorar la postura corporal. FOTO: Instagram @joja.
Ejercicio
Los beneficios de entrenar descalzo: cómo comenzar a hacerlo para evitar lesiones
Favorece la movilidad, el equilibrio y el reclutamiento muscular al activar la propiocepción natural, pero puede aumentar el riesgo de lesiones si no se realiza de forma progresiva.
Por Sara Flamenco
28 DE ENERO DE 2025 / 13:30
Cuando un bebé está comenzando a caminar, los expertos recomiendan que lo haga descalzo para mejorar la movilidad y el equilibrio. Este concepto se ha aplicado al entrenamiento en una de las últimas tendencias fitness que están triunfando. ¿Qué beneficios tiene? ¿Se incrementa el riesgo de lesión? ¿De verdad mejora la postura corporal?
Estos interrogantes y otros más son los que ha respondido Carlos Bustos, CEO deportivo de KMT Studio.que aboga «por un entrenamiento integral y minimalista que despierte y desarrolle la propiocepción natural del cuerpo y donde se utilice el mayor uso de musculatura posible«. Conozcamos las peculiaridades de esta tendencia fitness.
Beneficios de entrenar descalzo
1. Reduce el riesgo de sufrir molestias articulares: a la hora de elegir calzado, la gran mayoría de los usuarios no realizan un estudio para elegir el que mejor se adapte a su pie y a la actividad para la que lo va a destinar. Lo cierto es que suele ser elegido por su diseño, por lo que a veces no escogemos el adecuado. «La realidad es que gran parte del calzado deportivo no se ajusta de forma óptima a nuestro pie ni aporta la suficiente libertad de movimiento. Esto hace que modifiquemos nuestras pisadas y compensamos esa falta de movimiento llevando la carga con movimientos algo más forzados a nuestras rodillas, caderas o columna», comenta Carlos Bustos. Este problema se solventa al eliminar el factor calzado de la ecuación. «Entrenar descalzo nos permite cargar el pie de manera natural y mejorar nuestra pisada, la cual es nuestra base para iniciar todo nuestro movimiento con una cadena cinética correcta», asegura el experto.
2. Mejora el sentido del equilibrio y propiocepción de nuestro cuerpo: llevar calzado es una buena manera de no dañar el pie, que es la base sobre la que se sustenta todo el cuerpo al caminar sobre dos piernas. Pero su uso continuado también tiene sus consecuencias negativas, como explica Bustos: «el calzado suple toda acción muscular de nuestro tobillo-rodilla-cadera-core aportando una base compacta. El uso continuado del calzado hace que nuestra musculatura propioceptiva y estabilizadora no trabaje y quede más dormida», asegura. Al no usar calzado para entrenar, se fortalece el equilibrio y la conciencia corporal «y te sentirás mucho más competente motrizmente».
3. Fortalece nuestro reclutamiento muscular: para que los pies se muevan intervienen alrededor de 20 músculos con su correspondiente multitud de huesos, articulaciones y tendones, pero el uso del calzado a lo largo de los años hace que los pies se vuelvan menos móviles y flexibles. «Entrenar descalzo re-educará nuestra pisada e higiene postural, y, por tanto, ayudará a activar y reclutar mucho mejor nuestras palancas de fuerza aportando firmeza y estabilidad a nuestros tobillos y centro de gravedad», afirma Carlos.
Posibles desventajas de entrenar descalzo
Entrenar descalzo también tiene sus posibles desventajas pero para minimizarlas, lo mejor es «empezar poco a poco, aprendiendo a usar y aplicar las fuerzas de nuestros pies y enraizarnos correctamente». Además, es aconsejable acudir a profesionales para contar con su orientación y asesoramiento individualizado. No obstante, estos son los potenciales problemas de entrenar descalzo:
- Aumenta la posibilidad de sufrir lesiones o traumatismos: evidentemente, al quedar desprotegidas la zona del tobillo, el empeine y la planta del pie, si tropiezas o se te cae algo encima del pie estás más expuesto a posibles lesiones. «Además, si no estás habituado a realizar ejercicios de alta intensidad sin calzado, mantener la estabilidad del pie puede resultar considerablemente desafiante, lo que también incrementa el riesgo de lesiones«, asegura el CEO deportivo de KMT Studio.
- Daños superficiales: «Entrenar descalzo puede provocar en los pies la aparición de ciertas ampollas, mayor sequedad en los pies si no los tratas, o por ejemplo ciertos cortes o rasguños en los pies fruto de las situaciones de entrenamiento que puedan darse. Nada grave ni dramático en comparación con los múltiples beneficios que se generan en nuestro cuerpo», comenta el experto.
- Sobrecarga muscular: si una persona que no está acostumbrada a entrenar sin zapatillas comienza a hacerlo de golpe, es probable que note cierta sobrecarga, «sobre todo en la musculatura que suele acortarse por el uso de calzado, como puede ser el soleo, los gemelos o los tibiales», apunta Bustos. Pero esto solo ocurriría durante las primeras semanas o meses del cambio.
Cómo comenzar a entrenar sin zapatillas
Entrenar descalzo requiere seguir algunas pautas específicas que son diferentes al entrenamiento habitual con zapatillas, ya que los pies no tienen la protección, el soporte o la amortiguación que normalmente brindan los zapatos:
- Hazlo en pequeñas dosis: el experto aconseja comenzar con actividades de bajo impacto, como caminar descalzo en casa. Esto permitirá que tus pies se acostumbren gradualmente a la falta de soporte.
- Fortalece poco a poco: «Realiza ejercicios específicos para fortalecer los músculos intrínsecos del pie, como levantar los dedos de los pies, hacer círculos con los tobillos y estiramientos de la pantorrilla», aconseja. Esto te ayudará a mejorar la estabilidad del pie.
- Ejercicios de equilibrio y desplazamientos naturales: esto no solo fortalecerá los músculos de los pies, sino que también mejorará tu estabilidad general. Comienza haciendo equilibrios sobre un solo pie o utilizando una barra de equilibrio. Después se podrá pasar a ejercicios de fuerza, que ayudan a fortalecer los músculos de los pies y las piernas.
- Descubre el calzado barefoot: «Si decides utilizar calzado, considera opciones minimalistas que proporcionen una cantidad mínima de soporte. Esto permitirá que tus pies se muevan de manera más natural y se fortalezcan de forma progresiva», aconseja el experto.