
ZEM Wellness Clinic Altea combina atención médica de vanguardia con innovación tecnológica y la serenidad del paisaje mediterráneo. FOTO: ZEM Wellness Clinic Altea.
LONGEVIDAD
Resetear cuerpo y mente en pocos días: así es la experiencia que está revolucionando el concepto de bienestar integral
Descubrimos cómo la combinación de ciencia, naturaleza y un enfoque personalizado pueden transformar tu bienestar y enseñarte a vivir más y mejor.
14 DE FEBRERO DE 2025 / 11:30
Llevo semanas inmersa en el ritmo frenético del día a día. Correo tras correo, pocas horas de sueño y demasiadas notificaciones en el móvil. Así que cuando me subo al tren rumbo a Alicante no puedo evitar preguntarme: ¿realmente es posible frenar, resetear y aprender a vivir mejor en unos días?
A mi llegada, un coche me espera para llevarme a Altea. El trayecto transcurre entre carreteras bañadas por la luz del Mediterráneo, con el mar asomando entre colinas. Me ofrecen su propia agua alcalina, uno de esos detalles que dejan claro que aquí cada elemento está pensado para el bienestar.
Al llegar a ZEM Wellness Clinic Altea, la sensación es inmediata: calma. La arquitectura minimalista, los jardines cuidados al detalle, la luz del Mediterráneo reflejándose en cada rincón…Este rincón que acaba de abrir sus puertas y que he podido visitar en primicia, no es sólo un espacio bonito, es un lugar que parece diseñado para que tu cuerpo y tu mente entiendan, sin esfuerzo, que aquí se viene a estar bien.

Ciencia y naturaleza: el equilibrio perfecto para vivir más (y mejor)
Sentada en una de las salas de consulta, me doy cuenta de que este no es un simple retiro wellness. Aquí no hay fórmulas universales ni consejos genéricos. Lo primero que hacen es analizar quién eres por dentro: tu envejecimiento celular, tu estado de salud actual y tus necesidades específicas.
«No todos necesitan lo mismo. La clave está en encontrar las particularidades de cada persona y actuar en consecuencia», explica Tanya Álvarez, experta en Longevidad en ZEM Wellness Clinic Altea. Porque no se trata de vivir más años, sino de que esos años sean plenos, activos y saludables.
Mientras recorro las instalaciones, descubro cómo aquí la ciencia y la naturaleza conviven en equilibrio. Pero lo que más me sorprende es la combinación con técnicas ancestrales que llevan siglos funcionando, desde la medicina alternativa hasta rituales de bienestar que conectan cuerpo y mente.
Y dentro de este plan integral, uno de los programas que más llamó mi atención fue el del cuidado de la salud cognitiva: «En nuestros programas Healthy Brain y Neurofocus combinamos técnicas avanzadas de evaluación de capacidades cerebrales con las que definimos un plan de actuación individualizado para mejorar la salud cognitiva del huésped. Además de las técnicas de los programas generales de ZEM, incluimos métodos de entrenamiento cerebral, potenciación cerebral con distintos métodos de estimulación cerebral no invasiva, trabajo cognitivo y emocional con realidad virtual además de asesoramiento y creación de un plan personalizado de tratamiento a largo plazo», señala el dr. Francisco Mira, experto en neurología en ZEM Wellness Clinic Altea.

Después de las consultas, me dirijo al Zemness Spa para probar lo que me describen como el corazón del bienestar de la clínica. Me dejo llevar por su circuito de aguas, las diferentes saunas y la calmante sala de sal, e incluso me atrevo a entrar en la cabina de hielo, de la que salgo renovada. Y me doy cuenta de que el bienestar va más allá de lo superficial. El objetivo no es sólo vivir más, sino hacerlo de una forma consciente y activa.


La alimentación como medicina
Uno de mis momentos favoritos de la visita fue conocer Finca Althaya de la mano de Javier D. Esterri, Executive chef de ZEM Wellness Clinic Altea. Se trata del huerto ecológico donde ZEM cultiva los ingredientes de su cocina. Paseo entre árboles frutales, huertos de hortalizas y olivos esplendorosos. El aroma de la tierra húmeda y el sol del inicio del día lo envuelve todo.
Aquí se cultiva un concepto de nutrición que va más allá del plato. «La calidad de los productos obtenidos en nuestra finca influye de forma positiva sobre el organismo. Queremos que nuestros huéspedes sigan con este hábito más allá de su estancia», afirma Javier.

Después de recorrer la finca, llega el momento de probar en primera persona el resultado de esta filosofía. Me sirven el menú Essential, una propuesta basada en la Dieta Mediterránea con un enfoque renovado y sorprendente. Durante mi estancia, probé desde un gazpacho de tomates verdes, quisquillas y picatostes –vibrante y refrescante– hasta una deliciosa interpretación del cocido madrileño. Por no hablar de los postres, que lejos de ser un simple capricho, estaban diseñados para cerrar cada comida con un toque dulce y equilibrado.
Sin duda, no se trata de comer bien durante unos días, sino de aprender a hacerlo de forma consciente para tu día a día.
Más que un tratamiento, un compromiso personal
La longevidad es un proceso, un compromiso con uno mismo que empieza aquí pero que debe continuar fuera. Y ese, quizá, es el mensaje más poderoso que me llevo.
«Genéticamente tenemos potencial para vivir 120 años o, quizás en los próximos años, más. Desde el punto de vista médico, lo que más nos interesa es la calidad de vida de esos años y no tanto el número de años que un individuo logre alcanzar», concluye Tanya.
Al salir, con el mar de fondo y una sensación de bienestar que todavía flota en el aire, lo tengo claro: este no es un retiro para desconectar. Es un punto de inflexión para quienes buscan abrazar una longevidad consciente y llevarse ese aprendizaje a casa.
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