La búsqueda de pareja en menopausia, entre el tabú, la inseguridad y las nuevas prioridades

Cuando Carrie Bradshaw (Sarah Jessica Parker) conoce a Seema Patel (Sarita Choudhury) en la primera temporada de And just like that le pregunta cuántas aplicaciones de citas usa. La agente inmobiliaria le contesta: «Solo estoy esperando a que alguien cree una página de citas que diga: aquí encontrarás al hombre que has estado buscando, Seema». Patel, el único personaje convencido de su soltería en la serie, representa con 50 años cumplidos lo que para muchas mujeres es una realidad. Buscar pareja en menopausia -es decir, entre los 45 y 55 años- no es un asunto de todo al blanco o todo al negro. Hay grises. Las razones son muchas. 

El primer punto a tener en cuenta es que la mayoría de las separaciones coinciden con el inicio de los cambios hormonales. Según los últimos datos del INE, la franja de edad entre los 40 y 49 años es la que más se divorcia en nuestro país. Sin embargo -también, dato del INE-, menos de un tercio de esas mujeres vuelve a casarse. ¿Y a tener citas? Un reciente estudio de Intimina señalaba que, por supuesto, los encuentros esporádicos se mantienen, pero ya no son como antes. Seis de cada diez mujeres notaban muchas diferencias con respecto a sus citas hace unos años. El 38% de ellas no mantenía relaciones sexuales o en menor cantidad. Y un 35% se sentía más insegura a la hora de acudir al encuentro.

¿Menos autoestima?

Todas estas cifras reflejan que la búsqueda de pareja en menopausia también experimenta, como el cuerpo o la mente femenina, cambios. Hasta ahora, existía un importante factor social en ello. «Lamentablemente, hemos sido educadas familiar y socialmente para colocar un gran porcentaje de nuestra valía en la parte física. De modo que es probable que algunos aspectos relacionados con la menopausia –ganancia de peso, sequedad, sofocos…- lleguen a impactar negativamente en la autoestima de la mujer y que las expectativas que se han generado sobre ellas puedan aumentar su desconfianza», sostiene la psicóloga Alicia Martos, fundadora de NatalMente.

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Además, señala Martos, en algunos casos, las fluctuaciones hormonales conllevan alteraciones emocionales. Algo que repercute a su vez en que la mujer pueda sentirse más vulnerable o insegura. Pese a todo, insiste en que por mucho que esos cambios impacten en el estado de ánimo, el deseo o la autopercepción, no tienen que influir en decisiones como buscar o no pareja. «Nos explican o nos pueden condicionar, pero en ningún caso nos determinan«, subraya.

El peso de las experiencias previas

Otra de las claves al hablar de emparejarse pasados los 45 o 50 años es la prudencia. «Las experiencias previas pesan. Y tras relaciones de larga duración, separaciones y, seguramente, procesos dolorosos, muchas mujeres pueden ser más cautelosas respecto a involucrarse emocionalmente de nuevo», reflexiona la psicóloga perinatal. Es lo que muchas mujeres describen como pereza, miedo, desconfianza… Lo cierto es que el pasado puede desalentar y quitarle las ganas a cualquiera de confiar en una nueva posible pareja.

La doctora en Psicología Anna Freixas, autora de Nuestra menopausia (Capitán Swing), coincide con el peso del pasado. «Cuando se llega a un momento en la vida, como el que coincide con la menopausia, la mujer sabe lo que quiere y lo que no. O bien ya no quiere más el tipo de relación que tenía o bien lo quiere de otra manera», afirma. Por ejemplo, para muchas es importante sentirse acompañada y comprendida en esta etapa. Pero se encuentran con que el desconocimiento sobre el cuerpo y la salud femenina sigue siendo real. Por citar un ejemplo, el 83% de los hombres está convencido de que el descenso de estrógenos no influye en otras enfermedades de la mujer, según un estudio de los hospitales Clínico San Carlos, La Zarzuela y Miguel Servet.

Una cuestión de prioridades

Por último, hay un concepto clave que explica por qué la búsqueda de pareja en menopausia puede dificultarse: el cambio de prioridades. «Tras ciertas experiencias, aprendizajes y madurez emocional, la mayor parte de las mujeres transitan un cambio importante en sus prioridades vitales. Suelen sentirse con un mayor deseo y foco en el autodesarrollo, los intereses personales, relaciones familiares y amistades, en nutrir vínculos honestos más que en la búsqueda de pareja como tal», reflexiona Alicia Martos.

En su opinión, al llegar a los 45 o 50, las mujeres «adquieren una sensación más intensa de independencia personal y financiera. Por tanto, se reduce también la urgencia de buscar una validación externa a través de una relación amorosa». Es lo que Anna Freixas denomina la edad de la renovación. «Aunque a muchos aún les cuesta asumirlo, y sigue siendo tabú, las mujeres en la menopausia empiezan a sentirse libres, más poderosas y creativas«. Esta nueva escala de prioridades desemboca en que muchas abracen, como el personaje de Seema Patel, una soltería elegida.

O que otras busquen pareja -romántica o sexual- con edades más jóvenes. Freixas encuentra una clara razón. «Pertenecen a una generación que valora la madurez, la sabiduría, la seguridad…»Según la app de citas Tinder, en 2022, el 45% de los miembros femeninos en todo el mundo hizo match con un hombre más joven que ella. El cine y las series no paran de hacerse eco de esta nueva realidad. Títulos como Un asunto familiar, donde Nicole Kidman tiene un romance con Zac Efron; Babygirl, también de Kidman o La idea de tenerte, protagonizada por Anne Hathaway son un pequeño ejemplo. ¿Oportunistas? ¿inspiradoras? Alicia Martos concluye: «Al menos, se van desafiando ciertos estereotipos sobre la menopausia y el envejecimiento, mostrando que el amor y la sexualidad no terminan con la juventud».