La regla del dos síes, un no: cómo acabar con las discusiones de pareja en tiempo récord

Lejos de ser malo, que una pareja riña es absolutamente normal. El problema viene cuando las discusiones se convierten en la norma. Cuando a la hora de tomar una decisión importante, las conversaciones, en principio tan sosegadas, acaban como el rosario de la aurora. Poniendo en riesgo la continuidad de la relación. Pero hay un truco muy sencillo para evitar que suceda. Te contamos en qué consiste la regla del dos síes, un no.

Elena Jiménez, psicóloga clínica, explica que «lo que hace esta regla es garantizar que no haya fricciones a la hora de tomar una decisión que afecte a los dos miembros de la pareja. Para ello, saldrán adelante aquellas propuestas en la que ambos miembros manifiesten su conformidad. Sin embargo, y en ausencia de consenso, es suficiente la negativa de cualquiera de los dos para que sea descartada».

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No más decisiones impulsivas

Por mucho amor que haya en la pareja, es lógico que haya desencuentros. Que antes o después tengan que poner sobre la mesa temas para analizar en conjunto. A través del diálogo. Para lo que la regla de los dos síes o un no es muy eficaz.

En primer lugar, evita que se tomen decisiones de manera impulsiva y poco razonada. Que no se acometan acciones meramente viscerales de las que uno se acabe arrepintiendo. Como ha revelado la Universidad de Tilburgo, la probabilidad de que una persona se lamente de su decisión es mucho mayor cuando es tomada de forma acelerada y/o bajo presión. Mejor conocer otros puntos de vista. Concretamente, el de tu pareja, a quien tu propuesta también le incumbe.

Trabajo en equipo

Lógicamente, no hay ninguna garantía de que el miembro de la pareja que se opone a la propuesta tenga razón. Puede que, una vez escuchados sus motivos, no haya demasiada lógica en su argumentación. Da igual. Con esta regla con la que se evitan discusiones (infructuosas) se logra, como indica Elena Jiménez, que «las parejas no tengan miedo a poner sus conflictos sobre la mesa. Todas las propuestas que conciernan a ambos miembros serán analizadas desde el respeto, por lo que no existirá ningún motivo para que oculten sus verdaderas necesidades o preferencias».

La aplicación del dos síes o un no posibilitará que todas las decisiones se tomen en el seno de la pareja. Como un equipo. Pero siempre respetando los pareceres y valores individuales de cada miembro.

Fortalece la relación

Como recuerda la psicóloga clínica, «hay muchas relaciones románticas en las que uno de sus miembros siempre se responsabiliza de tomar todas las decisiones. Sin escuchar la opinión de su pareja, que puede llegar a sentirse resentida o menospreciada. Con esta regla se evita que esto suceda».

Pero aún hay más. Gracias a esta regla, las parejas acaban conociéndose mejor. Cualquier propuesta que requiera un consenso dará lugar a un diálogo constructivo en el que cada miembro expresará su parecer. Permitiendo que descubran nuevas cosas de su media naranja de las que hasta ahora no tenían ningún conocimiento. Tal es así que con sus dos síes o un no, las parejas ven fortalecidas su vínculo. Su relación.

Un último apunte: la utilidad de esta regla no se limita a las relaciones de pareja. También puede aplicarse de forma muy eficaz en otros contextos. Como sería, por ejemplo, a la hora de acceder a la petición de un hijo. Que se sentirá totalmente legitimado en el momento en que consiga un sí. Aunque haya recibido una negativa previa, lo que puede generar conflicto entre los padres. Pero una vez más, sólo saldrá adelante con el sí de ambos progenitores y se echará por tierra ante un único no.