El rincón de la calma es un lugar en el que aprender a gestionar mejor tus emociones. FOTO: Pexels.
Mente
Cómo convertir un rincón de tu casa en un refugio antiestrés y lleno de tranquilidad
Son como pequeños paraísos en el hogar. Un rincón de la calma al que acudir para liberar la mente, desterrar la ansiedad y el estrés y llenarse de energía positiva.
Por Marcos López
18 DE MARZO DE 2025 / 07:30
El día ha sido de aúpa. Tienes los nervios a flor de piel. Pero la jornada toca a su fin y ya estás de vuelta en casa. En tu castillo. En el que puedes por fin relajarte y desterrar toda la ansiedad y el estrés. Mejor aún si cuentas con tu propio, y exclusivo, santuario doméstico. Te contamos cómo habilitar en tu casa tu rincón de la calma que te ayudará a dejar atrás tus preocupaciones cotidianas.
Alexandra Navarrete, especialista en Psicología Clínica, explica que «un rincón de la calma en un espacio para que las personas tengan un lugar en sus hogares donde puedan calmarse, practicar algunas técnicas de respiración profunda y escapar de la sobreestimulación».
Qué es un rincón de la calma
No es ni mucho menos como un rincón de pensar que tantos adultos se vieron abocados a visitar –y padecer en eterno aburrimiento– durante su infancia. Aunque, en realidad, el rincón de la calma se inspira en los espacios en los que, con el mismo nombre y presentes en las aulas de muchas guarderías y colegios de Primaria, acaban a diario multitud de niños pequeños para tratar de aminorar su frenesí.
Pero hay una diferencia importante: lejos de ser un lugar de castigo para mentes desbocadas, el rincón de la calma debe ser lo más parecido a un pequeño paraíso en tu hogar. Al que quieras acudir para reconfortarte, reflexionar y encontrar la calma. Mejor en absoluta soledad. Siempre teniendo en cuenta, como apunta la experta, «que no se trata de un rincón de tiempo muerto, sino de un espacio seguro para ayudarte a centrarte más en el presente».
Un santuario para todos los días
Así que no es un habitáculo en el que esconderse y dejar que el tiempo transcurra pasivamente. Su cometido es facilitar tu relajación. De forma activa. Para lo que es recomendable que incluya, y prohíba, uno serie de elementos imprescindibles. Como indica Alexandra Navarrete, «no tiene por qué ser específicamente un rincón, también puede ser una habitación. Lo realmente importante es que sea un lugar tranquilo para ti».
También que se establezca una rutina para aprovecharlo. No limitar su función a los momentos en los que los nervios ya se han desbocado. Por lo que es aconsejable visitarlo frecuentemente, como sería reservándole unos minutos, u horas, todos los días. De manera similar a como haces con tus entrenamientos. Pues te ayudará a prepararte para sobrellevar mejor la ansiedad y el estrés cuando aparezcan las situaciones difíciles. Como incide Alexandra Navarrete, «el rincón de la calma es un lugar en el que conectar contigo mismo y con tus emociones y, a su vez, aprender a gestionarlas mejor y calmarte en el momento».
Cómo construirlo
Todo rincón de la calma debe incluir un asiento acogedor. Como sería una silla o un sofá cómodos, cuando no una suave alfombra o una serie de mullidos cojines que, dispuestos por el suelo, faciliten la meditación. Para lo que igualmente se requiere una iluminación cálida aderezada con aromas y sonidos suaves que procuren tu calma. Y para completar esta experiencia sensorial relajante, también es recomendable contar con elementos táctiles que, como las almohadas texturizadas, las pelotas antiestrés o, incluso, los juguetes de peluche, te ayuden a desterrar la ansiedad.
Un apunte importante: no se trata de aislarse y esperar que el caos que habita fuera de tu santuario se resuelva por arte de magia. Hay que liberar la mente de pensamientos negativos. Una vez más, de forma activa. Ya sea meditando, empleando técnicas de relajación profunda, pintando mandalas o registrando, y analizando, tus preocupaciones en un diario.
Tan único y exclusivo como tú
Pero es posible que tu rincón de la calma sea muy diferente. Cada persona es un mundo, y hay quien necesita recurrir a la oscuridad, a una intensa luz natural o, buscando una experiencia más inmersiva, al uso de proyectores con los que llenar su techo y paredes de estrellas. También al más absoluto silencio.
Tampoco hay un momento idóneo del día para visitarlo. De nuevo, depende de cada persona. Puede que prefieras hacerlo nada más levantarte para comenzar el día lleno de calma o utilizarlo como refugio para dejar atrás los sinsabores de una intensa jornada laboral. Da igual. Lo único importante es que cumpla su función. Que como concluye la experta, «te enseñe a reconocer tus emociones y a aprender a gestionarlas». Por único y exclusivo que sea el entorno y el momento. Como tú.