
El truco para no caer en una discusión es mantener la calma y no dejarse llevar por las emociones./ Foto: The Bear.
Mente
Cómo evitar las discusiones cuando estás bajo presión y no perder los nervios
Mantener la calma te permitirá pensar con claridad y te ayudará a convertir una discusión en un diálogo constructivo y sosegado.
Por Marcos López
21 DE FEBRERO DE 2024 / 14:00
El ambiente está demasiado caldeado y todo el mundo afila las garras: se avecina una discusión. Es el momento de que mantengas la calma y no te dejes llevar por las emociones. De que la agresividad, incluso la ira, no ponga en peligro la relación que tanto te ha costado forjar con tus compañeros de trabajo, tus amigos o tu pareja. La confrontación parece inevitable, pero está en tu mano mantener la situación bajo control. De convertir la disputa en un diálogo constructivo.
El cuerpo se prepara para la pelea: tu corazón late a mil por hora y te sudan las manos. Pero aunque no sea fácil, tienes que guardar la compostura, lo que, además de muchos disgustos, evitará que no pierdas de vista el verdadero objetivo de esta conversación acalorada: resolver un problema.
Elena Jiménez, psicóloga clínica, recuerda que «mantener la sensatez bajo presión significa que puedes pensar con claridad y analizar la situación con objetividad, lo que te ayudará a tomar la mejor decisión». Se trata de responder, no de reaccionar. Te contamos cómo conseguirlo.


Céntrate en el ahora
La discusión no ha surgido de la nada. Alguien cargaba una mochila con rencillas pendientes. Pero tienes que centrarte en el ahora, no viajar al pasado en busca de ofensas que sólo te generarán ansiedad. Necesitas, como el resto de tus interlocutores, erradicar tu animadversión y tus pensamientos negativos. Y para focalizar toda tu atención en el presente, nada mejor que el mindfulness. Practicarlo todos los días te ayudará a calmarte y pensar con claridad. También en aquellos momentos en los que la situación se tensa demasiado.
Piensa en positivo
Tampoco hay que viajar al futuro. Una vez la situación se descontrola, es muy común pensar que todo va a ir a peor. Pero no tienes una bola de cristal, por lo que de poco, o nada, sirve recrearse en la negatividad de los acontecimientos que están por venir. Por el contrario, piensa en positivo. Imagínate manejando la situación de forma sosegada. Elena Jiménez explica que «la visualización es una técnica poderosa que aumenta nuestra confianza en nosotros mismos y nos prepara para salir airosos. También en una situación de gran presión».
Sé un ejemplo para los demás
Mantienes la calma, por lo que eres la única persona de la habitación que no se ha puesto a chillar. Lo que en ningún caso quiere decir que no te importe el motivo de la discusión. Al contrario, al no dejar que tu corazón se desboque, eres el único que piensa con claridad. Sigue así. Tu sosiego inspirará a los demás, que poco a poco se calmarán y comprenderán que no hay razón para perder los nervios.
Respira profundamente
Pero ya llevas un buen rato tratando de poner paz y estás a punto de sucumbir. De unirte a la fiesta de los gritos. No te agobies: respira lenta y profundamente durante varios segundos, lo que ralentizará tu ritmo cardiaco y enviará una señal al cerebro –y a todo el cuerpo– para que se relaje.
No te estreses (demasiado)
No pasa nada si tienes un poco de estrés. Una reacción natural del organismo que heredamos de nuestros ancestros para evitar ser devorados por una fiera prehistórica. Es cierto que no estás en peligro, pero mantenerte alerta te ayudará a pensar con claridad. La clave, apunta la psicóloga clínica «está en no dejar que el estrés y las emociones que conlleva, en ocasiones muy intensas, dicten tus acciones». Una vez más, responde, no reacciones.
Cuídate
Pero tu estrés no es repentino. Lo vienes arrastrando desde hace días, cuando no semanas o meses. Ha llegado el momento de ponerle remedio. Y lo primero que tienes que hacer es preguntarte si te estás cuidado tan bien como mereces. ¿Estás durmiendo bien? De no ser así, estarás cansado e irritable, lo que no es un buen punto de partida para afrontar una discusión. Lo mismo sucede si no estás siguiendo una alimentación adecuada. Y en este caso, es recomendable que, concluye la experta, «priorices aquellos alimentos que contengan nutrientes que ayudan a sintetizar dopamina y serotonina, precursores de la felicidad».
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