Asterisco ticker noticias

NO TE PIERDAS Efecto de la uva amarga: por qué menospreciar las cosas que no consigues te impide ser feliz

X

El enfado puede decirte grandes cosas de ti mismo. FOTO: Escena de Big Little Lies.

Mente

Enfadarte no siempre es malo: cómo gestionar e interpretar la ira para utilizarla a tu favor

El enfado es un estado emocional completamente normal. Sin embargo si estás malhumorado todo el día, puede darte pistas importantes sobre lo que ocurre en tu interior.

Por Sara Flamenco

18 DE FEBRERO DE 2025 / 16:47

Como aprendimos viendo Del revés, el enfado es un sentimiento más dentro del espectro emocional. Todo el mundo siente ira en algún momento de su vida y es algo absolutamente normal. El problema comienza cuando se convierte en tu mood o cuando te desborda y trae consecuencias negativas en tu relación con los demás y contigo misma.

«El enfado permanente es una señal de alarma para detenernos y reflexionar sobre si es necesario cambiar algo en nuestra vida«, asegura Sonia Díaz Rois, experta en gestión de la ira y autora del libro Y si me enfado, ¿qué?. Si sientes que tienes la mecha más corta puede ser debido a una acumulación de tensiones y preocupaciones. «Es como si nuestra paciencia tuviera un depósito y, cuando está lleno, cualquier chispa lo desborda: dormir mal, el estrés, una respiración superficial…», indica.

Estar malhumorada todo el día, por el contrario, no se trata de algo puntual, sino que puede darte pistas importantes sobre lo que ocurre en tu interior. «Tal vez estás acostumbrada a enfocarte en lo negativo, pretender tener siempre la razón, controlar o perseguir el perfeccionismo…», continúa. Sea como sea, hay que aprender a gestionar esta emoción para que no tome las riendas de tu vida.

TE PUEDE INTERESAR

Cómo gestionar el enfado

El paso fundamental para gestionar el enfado es darte cuenta de que te has enfadado. Es a partir de ese momento cuando Sonia Diaz Rois aconseja comenzar a autorregularte desde tres niveles distintos: cerebro, mente y cuerpo.

1. Nivel neurológico. Reconoce el patrón

Al hablar de nivel neurológico, la experta se refiere al cerebro y el sistema nervioso, puesto que es ahí donde comienza todo. «Es como si saltara una alarma interna. Se activan estructuras del cerebro como la amígdala, que es la responsable de desencadenar esa sensación de enfado», explica. Se trata de una reacción instintiva e impulsiva y en ese momento, hay que identificar si es una reacción habitual o puntual.

Si te has acostumbrado a responder con enfado, incluso cuando no es la respuesta más acertada, puede que te esté penalizando en el día a día y es el momento de hacer cambios. «La plasticidad neuronal demuestra que nuestro cerebro aprende con la práctica. Cada vez que eliges responder con calma, estás reforzando un nuevo camino mental. Si quieres dejar de saltar, empieza por observarte sin juzgarte«, aconseja la experta.

2. Nivel psicológico. Cuestiona tus pensamientos

El terreno de lo psicológico tiene que ver con cómo interpretas lo que está sucediendo. El suceso en sí es un hecho objetivo, pero tu interpretación es subjetiva y ha pasado por el filtro de tus creencias, pensamientos y experiencias previas. «La emoción del enfado, igual que el resto de emociones básicas, dura apenas 90 segundos, pero si añadimos pensamientos negativos, la emoción se alarga y se convierte en un sentimiento persistente», explica Sonia.

Este filtro mental es el que se puede cambiar para dar un giro a los sentimientos que te genera el hecho en sí. «Si nos damos cuenta de lo que estamos pensando, tenemos más poder para transformar nuestra respuesta», matiza. Para ello, hay que detenerse un momento y prestar atención a tus pensamientos para saber si estás aumentando la sensación de enfado con tu propia negatividad. «Detenerte un momento —ya sea antes, durante o después del enfado—, te ayuda a entenderlo y simplemente con prestarle atención, muchas veces, desaparece la mitad del problema«, aconseja.

OTROS TEMAS WELIFE

3. Nivel fisiológico. Respira y cuida tu cuerpo

Cuando te enfadas, tu cuerpo se pone en modo alerta: se acelera el pulso, los músculos se tensan, la respiración se vuelve más rápida… «Esa respuesta física es completamente natural, pero si se alarga demasiado o no se gestiona bien, puede llevarnos a sentirnos agotadas o incluso a tener problemas de salud«, advierte la experta en gestión de la ira. Al tratarse de síntomas físicos, puedes ponerle remedio de forma práctica con la respiración diafragmática. «Esa respiración consciente y profunda permite que el aire llegue hasta el abdomen. Lo que conseguimos respirando de este modo es que nuestro sistema nervioso parasimpático se active y nos conecte con la calma», concluye la autora de Y si me enfado, ¿qué?.

Utiliza el enfado a tu favor

«El enfado no es el malo de la película», advierte la experta. De hecho, conocer mejor su origen y las emociones que despierta en ti, puede ayudarte a conocerte mejor. «Es como tener un mapa». Esta emoción puede avisarte de que un límite, valor, o necesidad no está siendo respetado. «Aprender a escuchar esta emoción nos ayuda a identificar patrones, conocer mejor lo que necesitamos y actuar de forma más consciente. El enfado, bien gestionado, se convierte en un guía que nos muestra lo que realmente es importante para cada una y que podemos compartir con otras personas para que nos conozcan mejor», indica Díaz Rois.

Pero no sólo eso. El enfado también puede estar escondiendo otras necesidades o sentimientos más profundos como tristeza o miedo y comprenderlo puede ayudarte a trabajar sobre esas emociones. «Enfadarse no es malo, lo importante es aprender a gestionarlo con respeto hacia ti misma y hacia los demás. Al hacerlo, no solo te entiendes mejor, sino que también ayudas a los demás a conocerte y a entender qué es lo que realmente necesitas», concluye la experta.

MÁS NOTICIAS

WeLife hoy

Máscaras de fototerapiaInmaduro emocionalExfoliante capilarEfecto uva amargaHijo único

Instagram

Suscríbete a la Newsletter de WeLife para cuidar de tu cuerpo, tu mente y del planeta

Suscríbete a la Newsletter de WeLife para cuidar de tu cuerpo, tu mente y del planeta