
La comunicación no verbal es fundamental para tener inteligencia emocional./ Imagen: Pexels.
Salud mental
Esta es la frase brillante de solo nueve palabras con la que vas a demostrar tu inteligencia emocional
Para ser eficaz en tus comunicaciones y demostrar tu inteligencia emocional, ten en cuenta estas nueve palabras: no es lo que dices, sino cómo lo dices.
Por María Corisco
18 DE JULIO DE 2023 / 13:00
“No es lo que dices, sino cómo lo dices”. Esta frase de tan solo nueve palabras es uno de los pilares de la inteligencia emocional y la base para una comunicación eficaz. Comprender el peso que tienen el tono de nuestra voz y el lenguaje corporal es uno de los primeros pasos para conseguir que aquello que queremos comunicar sea percibido correctamente por nuestro interlocutor.
Es posible que nuestros abuelos no fueran conscientes la importancia del tono y de los gestos, pero todos los que estamos inmersos en la cultura digital nos hemos sentido alguna vez confundidos al leer un correo electrónico o un mensaje de whatsapp. Porque mediante la voz inferimos una carga a las palabras, al igual que cuando gesticulamos, sonreímos o fruncimos el ceño. Pero en el mensaje escrito sólo quedan las palabras y, por tanto, el riesgo de que no se interpreten bien.
Para paliarlo recurrimos a los emoticonos, con los que rebajamos el tono y mostramos sorpresa, alegría o frustración. En definitiva, añadimos una emoción a esas palabras. Eso lo vemos con claridad en las comunicaciones escritas e inmediatas. Pero también en el cara a cara tiene un gran impacto la comunicación no verbal.


Los elementos fundamentales para transmitir emociones
El principal estudioso de esta relación entre lo que decimos, cómo lo decimos y lo que nuestro interlocutor entiende fue Albert Mehrabian, profesor emérito de Psicología en la Universidad de California. En la década de los 60, Mehrabian se centró en la comunicación de sentimientos y actitudes durante la comunicación cara a cara. Sus hallazgos se relacionan con la importancia relativa de diferentes elementos de la comunicación en la transmisión de emociones:
- Palabras: Según el estudio de Mehrabian, las palabras en sí mismas (contenido verbal) representan solo alrededor del 7% de la comunicación de sentimientos.
- Tono de voz: El tono de voz (paralenguaje) se estima que representa aproximadamente el 38% de la comunicación de sentimientos según el estudio.
- Lenguaje corporal: El lenguaje corporal (expresiones faciales, gestos, posturas) se estima que representa aproximadamente el 55% de la comunicación de sentimientos según el estudio.
La regla 7-38-55 de la comunicación
Es la célebre regla 7-38-55 de la comunicación, y también el «no es lo que lo dices, sino cómo lo dices». Pero no hay que tomárselo al pie de la letra: está claro que un correo electrónico transmite más del 7% del mensaje, o que no podemos ver a una persona hablando en un idioma que no conocemos y entender el 93% de lo que dice solo por sus gestos o su tono… Básicamente, la clave está en entender que:
- No sólo cuentan las palabras: gran parte de la comunicación se produce a través de la comunicación no verbal.
- Sin ver y escuchar gestos y tonos es más fácil malinterpretar las palabras.
- Cuando no estamos seguros de lo que significan las palabras, prestamos más atención a lo no verbal.
Esta última conclusión es la que debemos tener muy en cuenta. Es importante señalar que este porcentaje del 7-38-55— y otros similares, que han desarrollado otros expertos como el doctor Ray Birdwhistell, antropólogo estadounidense y profesor en la Universidad de Pensilvania— se aplica específicamente a la comunicación de sentimientos. En concreto, en situaciones en las que puede darse una contradicción entre el contenido verbal y las señales no verbales.
La importancia de lo que dices y de cómo lo dices
«Me dijo que me quería, pero no me miraba a los ojos». «Me dijo que era una cita agradable, pero estaba todo el rato pendiente del móvil». «Me dijo que no le pasaba nada, que todo estaba bien, pero estaba muy seria y callada»… Seguro que a todos nos suenan ese tipo de situaciones, y manejarlas mejor o peor va a depender de que entendamos que tanto lo que decimos como el cómo lo decimos pueden tener un impacto significativo en la forma en que se percibe y entiende nuestro mensaje.
Es fundamental comprender que la comunicación es un proceso complejo y multifacético. El significado y la importancia de la comunicación no verbal pueden variar según el contexto, la cultura y la relación interpersonal. El contenido verbal, el tono de voz y el lenguaje corporal interactúan de manera interdependiente y no se pueden separar en términos de importancia absoluta.
- Contenido del mensaje (lo que dices): El contenido del mensaje es esencial, ya que transmite la información, las ideas y los pensamientos que deseas comunicar. Es importante que el contenido sea claro, coherente y relevante para el contexto de la comunicación. Si el contenido no es preciso o no se ajusta a la situación, puede haber malentendidos o falta de comunicación efectiva.
- Expresión y entrega (cómo lo dices): La forma en que expresas y entregas tu mensaje puede tener un impacto significativo en cómo se percibe y se recibe. El tono de voz, el lenguaje corporal, la entonación y el énfasis pueden influir en cómo se interpreta tu mensaje y en la respuesta emocional de la otra persona. Por ejemplo, un tono de voz amable y empático puede generar confianza y apertura en la comunicación, mientras que un tono agresivo o desinteresado puede generar resistencia y falta de receptividad.
- Contexto y relación interpersonal: El contexto de la comunicación y la relación interpersonal entre las personas también influyen en la importancia relativa de lo que dices y cómo lo dices. En algunas situaciones, como en discusiones formales o transmisiones de información precisa, el contenido del mensaje puede ser más crucial. En otras situaciones, como en conversaciones personales o en relaciones cercanas, la forma en que te expresas y entregas el mensaje puede tener un impacto más significativo en la calidad de la comunicación y la conexión emocional.
Para ser un comunicador efectivo, es valioso prestar atención tanto a lo que dices como a cómo lo dices. El equilibrio entre ambos puede ayudarte a lograr una comunicación más clara, comprensible y receptiva.
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