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Incluso cuando cocinas estás usando tu memoria funcional. FOTO: Pexels.

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Por qué es importante trabajar la memoria funcional y por qué a veces falla

La memoria funcional es la que manejas mientras haces una receta o cuando anotas un número de teléfono. Aunque sólo permanece activa unos segundos, es esencial. Así puedes entrenarla.

Por María Corisco

31 DE OCTUBRE DE 2024 / 08:06

La memoria no es única. Más allá de la autobiográfica, esa que te recuerda quién eres y lo que has vivido, hay otros tipos de memorias que cumplen diferentes funciones. Entre ellas está la que se conoce como memoria funcional o memoria de trabajo, que es la que te permite manejar y procesar información de manera temporal mientras realizas tareas cotidianas. Es, por ejemplo, la parte de la memoria que usas para realizar actividades mentales momentáneas, como recordar un número telefónico antes de anotarlo o seguir instrucciones paso a paso.

Este tipo de memoria está implicada en prácticamente todos los aspectos del pensamiento consciente, desde cómo resuelves los problemas a tu toma de decisiones o la planificación a corto plazo. Tiene tres características principales:

  1. Capacidad limitada. La memoria funcional puede manejar una cantidad limitada de información, generalmente entre 4 y 7 elementos a la vez.
  2. Temporalidad. Los datos almacenados en la memoria funcional sólo permanecen disponibles por un corto período, entre unos pocos segundos a minutos, dependiendo de si se les da algún tipo de atención continua.
  3. Procesamiento activo. A diferencia de la memoria a largo plazo, que almacena información de manera pasiva, la memoria funcional manipula la información activamente para realizar una tarea.
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Por qué debes trabajar tu memoria funcional

“No nos damos cuenta, pero utilizamos la memoria funcional constantemente”, explica la neuropsicóloga Sara Fernández. “Pero hay que tener en cuenta que tiene una capacidad limitada, por lo que el cerebro necesita estrategias eficaces para optimizar su uso”.

  • Comprensión del lenguaje. Cuando escuchas una frase o lees un párrafo necesitas retener las palabras mientras procesas el significado de la oración. “Este proceso de mantener información verbal en la mente activa mientras se interpreta el lenguaje es un aspecto esencial de la memoria funcional. Hay estudios que muestran que las personas con mejor capacidad de memoria funcional tienden a comprender mejor los textos complejos y el lenguaje hablado​”.
  • Aprendizaje. Que tengas mayor o menor facilidad para aprender, en especial nuevos conceptos y habilidades, depende de la capacidad de la memoria funcional para mantener y procesar información a corto plazo. La retención de información durante el aprendizaje activo, como la lectura, el aprendizaje de un idioma o la comprensión de instrucciones complejas, dependen de esta capacidad.
  • Resolución de problemas y toma de decisiones. La memoria funcional permite mantener diferentes piezas de información en mente mientras se evalúan posibles soluciones. Por ejemplo, al resolver un problema matemático, la memoria funcional permite recordar los valores y las operaciones necesarias mientras realizas los cálculos.
  • Control ejecutivo. Otras habilidades, como la planificación, la organización, el control de impulsos y la multitarea están estrechamente relacionada con las funciones ejecutivas, y eso te permite coordinar el pensamiento para llevar a cabo tareas que requieren varios pasos. Por ejemplo, mientras haces una receta vas recordando los ingredientes, procesos, temperaturas…
La memoria funcional es clave para poder hacer varias actividades a la vez. FOTO: Pexels

¿Qué puede fallar en tu memoria de trabajo?

“Existen diversas razones por las cuales podemos tener una mala memoria funcional, y muchas de ellas están relacionadas con factores biológicos, psicológicos y de estilo de vida”, explica Sara Fernández, que detalla las siguientes:

  • Estrés y ansiedad. Cuando estás estresado, tu cuerpo produce cortisol, una hormona que, en niveles elevados y prolongados, puede afectar negativamente las funciones cognitivas, incluyendo la memoria. La corteza prefrontal, encargada de la memoria de trabajo, se ve particularmente afectada por el estrés crónico​.
  • Falta de sueño. Un buen descanso es fundamental para la consolidación de la memoria y la recuperación de las funciones cognitivas. “La privación de sueño reduce significativamente la capacidad de la memoria funcional, ya que afecta la capacidad del cerebro para procesar y retener información”. Incluso una sola noche de mal sueño puede impactar negativamente la memoria funcional​
  • Fatiga mental o sobrecarga cognitiva. Debido a su capacidad limitada (entre 4 y 7 elementos), cuando intentamos manejar demasiada información al mismo tiempo la memoria funcional se sobrecarga y disminuye su eficiencia. Esto ocurre, por ejemplo, cuando intentamos realizar múltiples tareas simultáneamente.
  • Envejecimiento. A medida que envejecemos, la plasticidad neuronal disminuye, lo que hace que sea más difícil procesar y manipular información en la memoria funcional. “El envejecimiento también puede reducir la conectividad en la corteza prefrontal, que es clave para mantener la información activa​”
  • Alimentación inadecuada. La dieta también influye en la memoria funcional. Una alimentación pobre en nutrientes esenciales como omega-3, antioxidantes y vitaminas del grupo B puede afectar el rendimiento cognitivo, incluida la memoria funcional. Por ejemplo, una dieta alta en azúcar puede generar inflamación en el cerebro y deteriorar la memoria.
  • Depresión. Las personas con depresión tienden a tener dificultades para concentrarse y mantener información en la mente, lo que afecta su capacidad para procesar y recordar datos a corto plazo.
OTROS TEMAS WELIFE
  • Consumo de sustancias. El alcohol, las drogas recreativas e incluso el consumo excesivo de cafeína pueden alterar la actividad química del cerebro y afectar su capacidad para procesar información de manera eficiente.
  • Falta de ejercicio físico.La falta de actividad física puede reducir la neurogénesis (creación de nuevas neuronas) y disminuir el flujo sanguíneo al cerebro, lo que a su vez afecta la memoria funcional. El ejercicio moderado mejora la función cognitiva al estimular el hipocampo, una región clave para la memoria​”.
  • Ambientes con distracciones constantes. Vivir o trabajar en un entorno con muchas distracciones (como notificaciones continuas del móvil o interrupciones frecuentes) puede hacer que la memoria funcional se vea constantemente interrumpida. La capacidad de mantener información activa se reduce cuando el cerebro tiene que dividir su atención entre varias tareas o estímulos.

Por tanto, concluye Sara Fernández, puesto que memoria funcional es una parte clave de la cognición diaria, y muchos factores pueden afectarla negativamente, “es fundamental mantener un estilo de vida saludable que incluya buena nutrición, ejercicio regular, manejo del estrés y sueño adecuado”.

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