El poder de la profecía autocumplida: cómo usarla para triunfar en la vida, mejorar tu autoestima y conseguir tus objetivos

La profecía autocumplida es un concepto utilizado en psicología que se refiere a una creencia o expectativa que, al ser sostenida, influye en cómo se comportan las personas, de modo que provoca la realización de esa creencia o expectativa. Robert Merton comenzó a utilizar el término en el año 1948, explicando cómo las anticipaciones de un evento pueden influir en la conducta de las personas, llevando a que dicho evento se realice.

«El estudio de la profecía autocumplida es importante porque ilustra cómo nuestras expectativas y creencias pueden influir en el comportamiento y en los resultados«, confirma la psicóloga Beatriz Galván. No se trata de magia, ni siquiera de intuición. Las expectativas positivas en algo o alguien crean el caldo de cultivo perfecto para que esa persona saque lo mejor de sí mismo para conseguir lo que se propone. Por el contrario, si las expectativas son negativas, se puede generar un desaliento en la persona en cuestión que haga que no se esfuerce ni lo más mínimo para lograr su objetivo. «La creencia o la expectativa sobre lo que va a ocurrir, o sobre una persona, puede influir en las conductas que llevamos a cabo, de modo que llegamos a confirmar la creencia o expectativa inicial», confirma Galván.

Tipos de profecía autocumplida

1. Profecía autocumplida positiva: sucede cuando la expectativa positiva que tenemos sobre una persona o una situación, nos lleva a un resultado favorable. «Por ejemplo, si creemos que una entrevista de trabajo nos va a ir bien, vamos motivados a ello, nos prepararemos la entrevista, practicaremos… iremos con energía y pensando que lo haremos bien, y como consecuencia, en el encuentro nos sentiremos más capaces y lo podremos afrontar de manera favorable», indica la experta. Pero no sólo influyen las expectativas que tienes contigo mismo, sino las que tienen los demás puestas en ti. «Si por ejemplo un padre o una madre sienten que su hijo es capaz de afrontar un reto, le presta atención, apoyo, le transmitirá seguridad…aumentará las posibilidades de que afronte el reto y lo consiga», concluye.
2. Profecía autocumplida negativa: ocurre cuando una expectativa negativa conduce a un resultado desfavorable. «Por ejemplo, si en el entorno laboral el responsable asume que un nuevo trabajador no será competente, puede no darle las oportunidades necesarias o la formación adecuada, y esto puede generar menor rendimiento por parte del trabajador», ejemplifica Beatriz Galván.
3. Efecto Pigmalión: el efecto Pigmalión se trata de un tipo de profecía autocumplida estudiada en el contexto educativo. También se le conoce como Efecto Rosenthal y se refiere a cómo las expectativas de un individuo sobre el rendimiento de otra persona pueden influir en el rendimiento de esa persona. Es un fenómeno que implica la influencia externa, ya que explica cómo las expectativas que los demás tienen sobre una persona, influyen en sus creencias y su conducta.
4. Efecto Galatea: al contrario que el anterior, el efecto Galatea se centra en la creencia que una persona tiene sobre sí misma. Es decir, si alguien cree que puede tener éxito y tiene altas expectativas sobre su propio rendimiento, es más probable que logre esos resultados. «Cuanto más convencidos estemos de nuestra capacidad para lograr algo, nuestras creencias internas positivas serán más potentes, y será más probable que nuestras conductas nos lleven a conseguir esa meta o rendir mejor», indica la experta.
5. Profecía autocumplida en contextos sociales: en situaciones más amplias, como en la política o la economía, creer que va a suceder una crisis, por ejemplo, puede influir en el comportamiento de los votantes o de los inversores, dando lugar a un cambio en el comportamiento electoral o al inicio de una recesión económica.

Cómo influye la profecía autocumplida en la vida diaria

1. Influencia en la educación: las expectativas que los docentes tienen sobre sus alumnos pueden influir tanto positiva como negativamente en su rendimiento académico. Esto influye en la autoestima y la motivación de los alumnos.
2. Influencia en las relaciones personales: las expectativas que una persona tiene sobre su entorno puede influir en cómo interactúa con él, reforzándose la idea inicial que se tenía mediante estas conductas.
3. Influencia en el entorno laboral: las expectativas de los superiores sobre el desempeño de los trabajadores, pueden afectar al desempeño, el compromiso laboral y la productividad.
4. Influencia en la autoeficacia: entender cómo las expectativas de cada individuo afectan a sus resultados, puede ayudarles a enfocarse hacia sus objetivos o metas y a potenciar pensamientos relacionados con mayor seguridad o capacidad.