
Fotograma de la película de Barbie, protagonizada por Margot Robie y Ryan Gosling.
Salud mental
Cómo superar la atelofobia, el síndrome de Barbie que provoca miedo irracional al fracaso
Vivir en un mundo como Barbilandia es muy divertido, pero, al igual que en la película de Greta Gerwig, la realidad es otra y enfrentarnos a ella puede dar mucho miedo. Así es la atelofobia.
07 DE AGOSTO DE 2023 / 11:00
La película de Barbie se ha convertido en el mejor estreno de nuestro país. Y desde el pasado 21 de julio, día en que llegó a las carteleras, vayas a donde vayas, todo el mundo habla del filme de Greta Gerwig. Las opiniones entre público y crítica son muy dispares, pero en lo que sí podemos estar todos de acuerdo es que el personaje que interpreta Margot Robbie es la viva creencia irracional de la perfección. De ahí, que su nombre sea el de «Barbie estereotípica»: no tiene celulitis, no le huele el aliento y vive en un mundo de color de rosa. Sin embargo, todo se trunca cuando a la protagonista se le cruza un pensamiento sobre la muerte. Su mundo de fantasía se empieza a venir abajo y tiene que enfrentarse al mundo real. Barbie tiene pánico a no ser perfecta, es decir, sufre el síndrome de la atelofobia.
Para indagar más sobre este trastorno, conocer qué tipo de personas son más vulnerables a padecerlo y aprender a superarlo, hemos consultado a Laura Palomares, directora de Avance Psicólogos.
Qué es la atelofobia
«La atelofobia es la fobia o miedo intenso y desproporcionado a la imperfección o a cometer errores», explica Palomares. Y sufrirla, puede acarrearnos importantes consecuencias para nuestra salud mental como, por ejemplo, «una ansiedad muy elevada o limitarnos mucho nuestro día día», afirma.


«Esto se de bebe a que el pánico a no estar perfectos en todo momento nos lleva a evitar situaciones por miedo a no afrontarlas de forma «ideal», a alargarse mucho en el tiempo ante cualquier actuación, trabajo o responsabilidad, ya que nunca es suficiente. Pero también, a obsesionarnos con cualquier cosa que consideremos que no alcanza esa perfección o no hemos hecho suficientemente bien, no sólo en el momento presente, sino a lo largo de nuestras vidas», asegura la psicóloga.
Qué tipo de personas la sufren y por qué
Las personas más vulnerables a padecer la atelofobia son las que tienen rasgos de personalidad más rígidos. Según explica Palomares aquellas que tienden a atribuirse la responsabilidad de casi todo, las que son excesivamente autocríticas y autoexigentes, las que tienen baja autoestima, necesidad de aprobación y elevada necesidad de control.
«A menudo, esta autoexigencia se ha aprendido en la familia, bien porque se les ha pedido demasiado o porque han visto cómo modelo esa búsqueda de perfeccionismo. También haber recibido castigo si no hacían las cosas bien en la infancia, o que el establecimiento del vínculo con los cuidadores se focalizara en los logros a la hora de buscar conexión o atención, pueden ser las causas», asegura, y advierte que desarrollar la creencia de que valemos por nuestros logros y no por quienes somos, «puede afectar duramente a la autoestima y el autoconcepto, buscando de forma obsesiva ser perfectos en cada actuación para poder ser queribles».
Cómo se reconoce la atelofobia
Saber reconocer la atelofobia es fundamental para no caer en problemas de salud mental graves a largo plazo. Por eso, Palomares nos advierte de una serie de líneas rojas a las que debemos estar muy atentos si las practicamos en algún momento de nuestra vida y las repetimos de forma constante:
- Cuando nunca es suficiente hasta el punto de evitar hacer cosas por miedo a hacerlas mal.
- Cuando tenemos cambios de humor, irritabilidad, miedo intenso e incluso pánico ante la supuesta imperfección.
- Si hacemos listas de lo que no hemos hecho bien en un pasado y lo repasamos de forma obsesiva con un elevado sufrimiento y ansiedad.
- Si tenemos síntomas físicos de ansiedad como hiperventilación, taquicardia, sudores fríos, mareo, etc, cuando nos enfrentamos a realizar algo o al afrontar el día.
- Si nuestro ánimo es bajo y perdemos la ilusión porque el esfuerzo diario es excesivo y todo pierde sentido.
- Si tenemos excesivo miedo a la propia crítica o a no ser aceptados por los demás o no gustar.
- Cuando necesitamos tenerlo todo controlado y no pedimos ayuda,
- Si observamos que hagamos lo que hagamos nunca es suficiente y esto nos lleva a un agotamiento mental y emocional.
Qué podemos hacer para combatirla
Una vez hemos entrado en ese bucle obsesivo por intentar hacer las cosas bien y no fallar nunca, hay que empezar a tomar medidas y saber actuar. Las recomendaciones de Palomares para enfrentarnos a la atelofobia y superarla son las siguientes:
- Exponernos conscientes y gradualmente a hacer las cosas sin correcciones, no dejándolas «perfectas».
- Reducir poco a poco el tiempo que les dedicamos a esas correcciones.
- No evitar hacer o afrontar situaciones por miedo a no hacerlo perfecto, e incluso «hacerlo mal» aposta. Primero en privado y luego, poco a poco, ante la mirada de los demás.
- Pedir favores, ayuda y mostrar nuestra vulnerabilidad (esta será una de las tareas que más nos pueden ayudar).
- Reconocer nuestro diálogo interno y la voz autocrítica y tratar de generar un nuevo modo de hablarnos a nosotros mismos, más afectivo y considerado.
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