Cómo tomar mejores decisiones con este método filosófico milenario

La filosofía de Sócrates ha atravesado siglos como un pilar del pensamiento crítico y la sabiduría práctica. Este filósofo ateniense desarrolló un enfoque conocido como el método socrático, basado en el cuestionamiento constante de ideas y creencias mediante un diálogo de “pregunta y respuesta”. Su objetivo era desafiar afirmaciones simplistas y llegar a definiciones más precisas y útiles. Este enfoque fomenta una mayor claridad mental al ayudarnos a reconocer las excepciones y complejidades que existen en nuestras creencias más arraigadas.

Una de las grandes virtudes del método socrático es su aplicación universal. Al examinar conceptos como justicia, virtud o verdad, Sócrates buscaba no solo entenderlos, sino también promover un pensamiento más crítico y flexible. Este enfoque no se limitaba a los grandes temas filosóficos; también alentaba a las personas a reflexionar sobre cómo sus opiniones influyen en su percepción y decisiones diarias, marcando una diferencia tangible en sus vidas.

«Sócrates es mi filósofo favorito porque plantea preguntas en lugar de limitarse a decirnos lo que tenemos que pensar», explica Donald Robertson, el autor del libro Piensa como un filósofo griego. Este terapeuta cognitivo y experto en filosofía estoica, ha rescatado las enseñanzas del gran filósofo y las ha adaptado al mundo moderno, ofreciendo una guía clara y accesible para aplicarlas en la vida diaria.

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Cuestionarte tus creencias para tomar mejores decisiones

Un principio central del pensamiento socrático es la necesidad de examinar tus creencias más arraigadas, especialmente aquellas que guían tus decisiones y prioridades. Robertson lo resume con una reflexión: «Mucha gente cree que la vida consiste en alcanzar riqueza o estatus. Sócrates quiere que examinemos ese tipo de suposiciones, por si estamos persiguiendo objetivos equivocados en la vida simplemente porque nos encontramos emulando lo que otras personas a nuestro alrededor parecen estar haciendo». 

En lugar de seguir reglas rígidas, el filósofo invita a reflexionar sobre cómo esas ideas pueden adaptarse mejor a las circunstancias de cada persona. «De hecho, las investigaciones demuestran sistemáticamente que las personas que muestran flexibilidad de afrontamiento, es decir, la capacidad de adaptar su forma de afrontar los problemas y seleccionar distintas estrategias, tienden a lidiar mucho mejor con el estrés que las personas que siguen rígidamente ciertas reglas o dependen demasiado de una o dos técnicas formulistas», afirma Donald. 

Cómo aplicarlo a tu vida

La respuesta está en el método de las dos columnas que propone el autor. Sócrates ya respondía a esta pregunta en un diálogo que se encuentra en los Memorabilia escritos por su alumno Jenofonte. Muestra a un joven, llamado Eutidemo, cómo dibujar un diagrama compuesto por dos columnas: una encabezada por la justicia y la otra por la injusticia.  En una columna, Sócrates enumera ejemplos de injusticia, como mentir y robar. Luego pregunta a Eutidemo en qué circunstancias podrían estar en la otra columna, mostrándole así, cuándo las cosas que suponíamos injustas, podrían llegar a ser justas. 

«Puedes aplicar esta técnica de las dos columnas a muchos ámbitos diferentes de la vida. Una variante que me gusta es crear columnas tituladas saludable e insalubre, o útil e inútil. A continuación, examina cualquier forma de afrontar un problema enumerando las formas útiles y las formas inútiles de hacerlo. Por ejemplo, si te preparas para las reuniones pensando en ellas el día anterior, ¿cómo sabes si esto es sano (preparación) o insano (preocupación)? Enumerar las diferencias puede ayudar mucho», comenta Robertson.

Los beneficios de adoptar las ideas de Sócrates

«Los psicólogos denominan flexibilidad cognitiva a la capacidad de ver más allá de definiciones estrechas y suposiciones rígidas. Por lo tanto, al aprender a cuestionarnos nuestros supuestos, como hizo Sócrates, podemos aumentar nuestra flexibilidad cognitiva», apunta el autor.

Entre los beneficios físicos y mentales de adoptar el método socrático, Donald destaca: 

• La reducción de la intensidad y duración de ciertas emociones desagradables, como la ansiedad, la tristeza o la ira.  
• Aprender a ver las cosas de una manera menos rígida, lo que lleva a mejorar la resolución de problemas, sobre todo en soluciones complejas, así como en relaciones cercanas. 

En resumen, «encontramos nuevas formas de afrontar las cosas y nos adaptamos más fácilmente a las exigencias de las distintas situaciones. Esto significa que no sólo mejoran nuestras emociones, sino también nuestras acciones, lo que beneficia a todos a largo plazo», afirma.

Un legado que inspira el autoconocimiento

Al final, el mensaje más poderoso de Sócrates es la importancia del autoconocimiento. Robertson recuerda la máxima inscrita en el templo de Apolo en Delfos: «Conócete a ti mismo». Para Sócrates, el mejor espejo para la mente humana era el diálogo con otros: una conversación sincera y reflexiva que permitiera identificar errores y avanzar hacia la verdad.

En su nuevo libro Piensa como un filósofo griego, Donald Robertson no solo rescata esta herencia filosófica, sino que también la traduce en herramientas prácticas para la vida moderna. Su libro te recuerda que, al cuestionar tus creencias y aprender a pensar por ti mismo, puedes tomar decisiones más sabias y vivir con mayor autenticidad. Como dice Robertson: «Todos tenemos puntos ciegos intelectuales. Hablar con otros sobre el objetivo de la vida nos ayuda a progresar hacia la sabiduría».