Comprar de forma más sostenible comienza cambiando nuestra mentalidad. FOTO: Pexels.
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Patricia Eguidazu, experta en moda: «Si una prenda la usas al menos 30 veces ya se considera sostenible»
¿Cuál es la verdadera necesidad detrás de las compras? ¿Cómo ser más sostenible a la hora de adquirir una prenda? Descubre si es posible un consumo consciente basado en el autoconocimiento.
14 DE ABRIL DE 2025 / 07:30
«Comprar ropa no está mal. ¿O sí?» Así comienzan las primeras líneas de El día que dejé de comprar ropa, el nuevo libro de Patricia Eguidazu, con una reflexión cargada de autocrítica, pero también de aceptación.
La creadora del Método TriziaZu, donde enseña a otras mujeres a que conozcan su cuerpo y a buscar las prendas que más se adapten a ellas, recuerda con claridad la última vez que se deshizo de bolsas y bolsas de prendas de ropa, aquellas que nunca había usado, pero que había comprado por puro impulso. Y lo que comenzó como una limpieza de armario se transformó en una revelación.
A través de sus investigaciones y su propia experiencia, Patricia se dio cuenta de que el problema de las compras compulsivas no se limitaba al fenómeno del fast fashion, sino que también estaba profundamente ligado a las emociones, a la publicidad y a los patrones culturales que nos empujan a consumir de manera desmedida. «Este libro es un paso más en mi misión de cambiar la forma en la que vemos la moda. Quiero que la gente se dé cuenta de que comprar no debe ser algo emocional, sino una decisión práctica, basada en lo que realmente necesitamos», afirma Eguidazu.
El método del «colador»: así se compra con cabeza
A lo largo del libro, Patricia aborda la pregunta crucial: ¿es posible realmente dejar de comprar ropa por completo o se trata más de un cambio mental? «Creo que no se trata de dejar de comprar, sino de comprar de forma más intencional», afirma. Según la autora, la clave está en saber cuándo una prenda realmente te aporta algo en tu vida y no simplemente calmar una necesidad emocional momentánea.
El método que propone se basa en aplicar barreras: analizar si la prenda se adapta a tu morfología, estilo de vida, paleta de color y hasta la composición del tejido: «El objetivo es reducir el volumen de ropa innecesaria. Si pasas este filtro, lo más probable es que la prenda se quede contigo a largo plazo», explica la autora. Además, asegura que «cuando pasas todo por ese colador, compras un 80% menos».
El impacto emocional del consumo compulsivo
La autora conecta el consumo de ropa con los vacíos emocionales que muchas veces tratamos de llenar a través de las compras. «Lo que no se cuenta muchas veces es que la ropa nos afecta emocionalmente. Las compras impulsivas no sólo vacían nuestra cartera, sino que también pueden dañar nuestra autoestima», sostiene Patricia. La solución que ella propone es construir una relación más sana con la moda, priorizando prendas que realmente nos favorezcan y nos hagan sentir mejor, no sólo momentáneamente, sino también de manera duradera.
También señala el problema de los patrones de las marcas y cómo afectan la percepción que tenemos de nuestro cuerpo. «El primer paso para mejorar nuestra relación con la moda es conocer nuestras medidas. No se trata de una talla, sino de entender nuestra morfología y cómo elegir prendas que realmente nos favorezcan«, afirma. A partir de ahí, lo ideal es personalizar y adaptar la ropa, incluso recurriendo a arreglos, para lograr que las prendas se ajusten mejor a nuestra figura.
¿Es posible una moda 100% ética?
Eguidazu reconoce que aunque la moda sostenible es una tendencia creciente, no existe una solución perfecta. «La sostenibilidad no es algo blanco o negro. Cada prenda tiene un impacto, pero lo más importante es lo que hacemos con ella», reflexiona. Para ello, destaca cómo la durabilidad de las prendas juega un papel crucial: «Si una prenda la usas al menos 30 veces, ya se considera sostenible».
Elasticidad de las prendas: el futuro del consumo consciente
Uno de los conceptos más interesantes que Patricia introduce es la idea de la elasticidad de las prendas. A diferencia del concepto popular del armario cápsula, que propone un número fijo de prendas esenciales, y que según señala «es otra herramienta de marketing para vender prendas mediocres», Patricia sugiere un enfoque más flexible.
«Se trata de hacer que cada prenda de tu armario sea más versátil», explica. «El truco está en no limitarnos a las combinaciones evidentes. Si un top te queda bien con un par de pantalones, ¿por qué no probarlo con otros? Este enfoque permite ampliar las posibilidades de tu armario sin necesidad de acumular más prendas».
La responsabilidad de las marcas y los consumidores
Finalmente, Patricia considera que el cambio debe comenzar en la mentalidad del consumidor, más que en la legislación. «Los gobiernos y las marcas deberían hacer más para frenar la sobreproducción, pero la verdadera fuerza está en el consumidor. Si comenzamos a pensar críticamente sobre lo que compramos y exigimos transparencia, el sistema cambiará». Es una invitación a las mujeres a ser parte del cambio, exigiendo mejores prácticas y tomando decisiones de compra más informadas.
En su libro nos invita a cuestionar lo que realmente necesitamos y a reflexionar sobre la sostenibilidad no sólo en términos ecológicos, sino también emocionales. «El objetivo es que las mujeres se sientan mejor consigo mismas, que se vean más favorecidas con lo que ya tienen, sin necesidad de seguir buscando el nirvana de la prenda perfecta porque realmente no existe».