Infecciones por hongos: cómo mantenerlas a raya y disfrutrar de un verano libre de preocupaciones

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Las afecciones vaginales representan el 20 por ciento de las consultas ginecológicas. Y en verano son aún más frecuentas. Si quieres vivir un verano libre de infecciones por hongos, sigue estos consejos.
2 de julio de 2024 / 09:12
Las afecciones vaginales, especialmente las infecciones por hongos, son muy comunes. Tres de cada cuatro mujeres sufrirá al menos una en algún momento de su vida, y entre el 40 y el 50 por ciento padecerán dos o más episodios. Y en verano, estas infecciones son aún más frecuentes.
La vagina alberga una compleja microbiota que normalmente se mantiene en equilibrio. Pero factores como el uso de anticonceptivos, antibióticos, cambios hormonales, una higiene íntima inadecuada o excesiva, o las relaciones sexuales pueden alterar este balance. Cuando esto sucede, es fácil que se desarrolle una infección, aunque a veces es difícil saber qué la causó.
Un desequilibrio en la salud íntima puede causar molestias que afectan significativamente a la calidad de vida de las mujeres. En verano, las infecciones por hongos o candidiasis son más comunes debido al calor y a la humedad, que crean un ambiente perfecto para que estos proliferen. Normalmente, en una vagina sana hay una mezcla de bacterias y levaduras, pero, si este equilibrio se rompe, las levaduras pueden multiplicarse rápidamente.
Las vulvovaginitis representan entre el 15 y el 20 por ciento de las consultas en Ginecología, según la revista científica Farmacia Profesional, y el nueve de cada diez tienen un origen infeccioso. Entre los factores de riesgo para contraer estas infecciones por hongos están, especialmente, los cambios en el pH vaginal.
El pH normal de la vagina está alrededor de 4,5. Si se vuelve más ácido (por debajo de 4), se favorece la infección por hongos. Factores como el uso de productos de higiene íntima inadecuados, el exceso de higiene, las duchas vaginales y la ropa ajustada o sintética crean un ambiente cálido y húmedo, ideal para la proliferación de hongos.
También los cambios hormonales durante el embarazo, la menstruación o el uso de anticonceptivos hormonales. Además, mantener una dieta alta en azúcares puede contribuir al desequilibrio del pH vaginal.
Para prevenir estas infecciones es fundamental mantener una buena higiene, usar ropa interior de algodón, evitar productos irritantes y llevar una dieta equilibrada.
¿Te pica intensamente y no para? ¿Notas inflamación e irritación en la vulva? Estos son signos clásicos de una infección por hongos, aunque no todas las mujeres lo experimentan igual. En consulta, es común encontrar labios vulvares enrojecidos y un flujo vaginal espeso, grumoso y blanquecino. Este último es el síntoma más característico. Si lo ves, casi seguro que es una infección por hongos.
Cuando los síntomas son ambiguos, el profesional médico tiene varias herramientas para detectar estas infecciones. La determinación del pH es una prueba clásica que hoy en día se usa poco. Habitualmente se realiza el frotis en fresco, que permite detectar la presencia de infección de forma inmediata, mediante la observación bajo el microscopio. Por último, el cultivo vaginal es la prueba más fiable para identificar el tipo de microorganismo predominante, ya sea bacterias u hongos, aunque el resultado tarda algunos días en llegar.
Para abordar de manera efectiva la candidiasis vaginal, es importante tener en cuenta que la Candida albicans es responsable del 80% de estas infecciones, aunque otros hongos de la misma familia también pueden causar complicaciones. Es clave no automedicarse si se sospecha de una infección de este tipo, ya que podría tratarse de un hongo resistente o diferente al habitual. Consultar a un médico es fundamental en estos casos.
El tratamiento habitual incluye antifúngicos como el fluconazol o similares, administrado por vía vaginal u oral, dependiendo de si es el primer episodio o casos recurrentes. Se recomienda también tratar a la pareja para prevenir reinfecciones. Durante el tratamiento, es aconsejable abstenerse de tener relaciones sexuales para evitar el contagio reiterado del hongo. Una vez completada la terapia y sin síntomas, la pareja puede retomar su actividad sexual.
Álvaro Ruiz Zambrana Especialista en Ginecología y Obstetricia, Endocrinología Ginecológica y Fertilidad, el doctor Ruiz Zambrana es responsable del área de Obstetricia en la Clínica Universidad de Navarra en Pamplona y profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad de Navarra.
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