ENTRENAMIENTO
Ambas actividades de impacto moderado pueden favorecer la densidad ósea, fundamental en el cuidado de la estructura de los huesos.
Favorece la movilidad, el equilibrio y el reclutamiento muscular al activar la propiocepción natural, pero puede aumentar el riesgo de lesiones si no se realiza de forma progresiva.
Concentrar todo el ejercicio de la semana en solo dos días tiene los mismos beneficios para la salud que repartirlo en varias jornadas. Pero también se asocia a una mayor fatiga y riesgo de lesiones.
Correr cuando hace frío potencia aún más el sistema inmune y la pérdida de peso. Es importante vestirse adecuadamente, calentar y no olvidar hidratarse.
Añadir pesas a tu entrenamiento acelerará el fortalecimiento y tonificación de tus músculos y te ayudará a que pierdas (más) peso.
El músculo sóleo se encuentra detrás del gemelo y según los expertos, ejercitarlo puede hacerte perder más grasa.
Compuesta en hasta un 94% de agua, el agua de coco es más eficaz que las bebidas isotónicas para la rehidratación tras el entrenamiento.
Este método entrena los músculos del rostro como si fueras al gym, mejora las arrugas y la flacidez, y aumenta la producción de colágeno.
Las mujeres que practican un minuto y medio de cualquier ejercicio intenso, como cargar con la compra o subir escaleras, ven reducido notablemente su riesgo de infarto e insuficiencia cardiaca.
No hace falta correr. Acelerar la marcha de tus paseos mejorará tu resistencia cardiovascular, fortalecerá todo tu cuerpo y te ayudará a mantener un peso saludable.
Yoga para la movilidad y el control. Fuerza a partir de los 40. Spinning al ritmo de la música para los cañeros... Encontrar tu disciplina es fundamental para conseguir metas y engancharte a ella.