La actividad física regular influye positivamente en la forma en que envejecemos. Pero practicar deporte de forma exigente o sin proteger la piel puede tener otros efectos. Así puedes evitarlos.
Las bebidas istónicas te ayudan a mantenerte hidratado y a recuperarte después del entrenamiento. Pero dado su contenido en azúcares, sodio y potasio, no deben tomarse fuera del contexto deportivo.
Esta disciplina activa el 90% de la musculatura, ayuda a controlar el peso, mejora la salud vascular y el bienestar en general. Quienes la practican aseguran que, además, engancha.
Practicar esta rutina de ejercicios durante sólo 10 minutos diarios mejorará tu concentración y tu circulación y te ayudará a eliminar el exceso de grasa. Y es apta para cualquier edad.
No son sólo las endorfinas. La sensación de euforia tras hacer deporte se debe también a otras hormonas y neurotransmisores que liberas en el cerebro y hacen que te sientas genial a pesar del cansancio.
La cafeína mejora el rendimiento deportivo debido a sus múltiples beneficios como la mejora de la concentración o la reducción de la sensación de fatiga.
El dolor articular es, junto a los sofocos, la mala calidad del sueño y los cambios de humor, uno de los síntomas más habituales de la perimenopausia. Un 75% de las mujeres en esta etapa los sufren.
Esta hormona es secretada como repuesta al ejercicio, transformando la grasa blanca en grasa parda y favoreciendo el control y la pérdida de peso.
Tener las piernas fuertes mejora la estabilidad y el equilibrio, lo que reduce el riesgo de lesiones. Pádel surf, tenis, pádel, vóley-playa y palas son las mejores disciplinas de verano para lograrlo.
Esta dieta combinada con entrenamiento con pesas permite eliminar grasa sin perder músculo. Tomar más proteínas y carbohidratos y menos grasas son sus claves.
El 63% de los españoles toma algún suplemento nutricional. Vitaminas B y D, omega 3 y magnesio son los complementos de un plan de mínimos para una persona que practique ejercicio de forma regular.